París. Esmeralda fue condenada por bruja y por envidia, pero Quasimodo la salvó. Siglos más tarde, en las sentinas de Notre Dame, aparecieron los esqueletos de dos cuerpos fundidos por el paso del tiempo en uno solo, de hueso. En el suelo, de arena y polvo, una sola palabra escrita en griego: "Ananqué". Eso, en griego clásico significa "necesidad". Y también "destino".
Leí el libro hará unos veinte años y no recuerdo casi nada, ni siquiera que Esmeralda fuera salvada.
ResponderEliminarHoy no sé qué comentar pero no quería pasar en silencio por tu blog. Besitos.
A veces creer en el destino se convierte en una necesidad.
ResponderEliminarTengo muy oxidada esa historia, me han dado ganas de volver a mirarla. Un beso.
ResponderEliminarHe visto la película del fotograma y hasta la de Disney. A Victor Hugo no le he leído curiosamente. No sé si Quasimodo alcanzó su destino pero sí que tenía una gran necesidad y sobre todo muchas carencias. Es una historia de las que no dejan indiferente a nadie por más que es para todos los públicos. Cuando estuve en Notre Dame se me puso el alma Quasimoda y comencé a fotografiar gárgolas como un loco. Me hubiese gustado subirme a una y mirar a todo el mundo desde esas góticas alturas.
ResponderEliminarVíctor Hugo, siempre ha sido uno de mis favoritos.
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