Lo característico de la clemencia es que no viene forzada. Cae como la lluvia suave del cielo sobre la llanura que se encuentra debajo de ella. Bendice por partida doble. Bendice al que la concede y al que la recibe. Es lo más todopoderoso de lo todopoderoso y cuando el poder terrenal más se acerca al poder de Dios es cuando la clemencia dulcifica la justicia.
¡Qué bien dicho! ¡Que´bien lo has expresado! Me ha gustado un montón leerlo.
ResponderEliminarFeliz tarde nevada
Mejor explicado imposible. Besos Pitt :D
ResponderEliminarTienes razón
ResponderEliminarUn saludo
Hoy solo me queda decirte que has estado genial ..letras e imagen nada que objetar. Un abrazo Señor!!
ResponderEliminarComparto sin ningún tipo de ironía lo que dices en la última frase. En cuanto a lo anterior, bueno, yo debo de ser muy mala persona, porque me cuesta una barbaridad ser clemente con cierta cosas.
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