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miércoles, 4 de mayo de 2011
Teoría del dolor
Al contrario del placer (que es fugaz) el dolor puede llegar a ser tan intenso y duradero que se convierta en insoportable y, sin embargo, ambos opuestos se asemejan; baste citar el poema en prosa de Oscar Wilde, "El artista" cuyo final dice así: Y con el bronce de la estatua del "Dolor que se sufre toda la vida" modeló la estatua del "Placer que dura un instante". Por tanto, podemos decir que un cierto tipo de dolor provoca placer (sagrado o profano, ambos semejantes en sus fundamentos aunque no en su contenido) y que éste es buscado en la medida que gratifica más que el dolor que produce. Queda por explicar cuál es el proceso de esta alquimia interior. Acaso esta búsqueda del dolor, que se da tanto en el erotismo como en la mística, no signifique más que búsqueda trascendente, ese ansia humana por lo inmortal, ese siguiendo, a contrameurte, hasta lo eterno. En un mundo vertiginoso dominado por lo efímero, reclamar el valor del amor y de la muerte, de la expiración y del renacimiento es ir contra los valores (o los vicios) de una sociedad hedonista que banaliza el mal.
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Al leerte me he acordado de Sor Juana Inés de la Cruz, poetisa muy intensa.
ResponderEliminarXDDDDDDDD
EliminarYo he pensado lo mismo.
Sin duda la busqueda termina cuando se encuentra el dolor de verdad, esa busqueda idealizada la realizan los que realmente no lo han sufrido nunca.
ResponderEliminarSomos humanos, somos débiles ante el dolor y pronto necesitamos el consuelo del brazo amigo; exactamente igual que en el placer, cuando nos extasiamos en la visión del amante, con la canción susurrada al oído, porque en el amor, como en el dolor, no hay silencios, sino ruidos tristes o gemidos (in)audibles. Se trata de una reflexión, Navegante, no de una búsqueda del dolor, porque no hace falta buscarlo o crees que hay alguien que no padece de algún dolor.
ResponderEliminarSi, parece sacado de la ley de Murphy lo que dice Pitt, pero viene a ser así. El dolor viene solo, no hace falta buscarlo. El placer, la felicidad, normalmente lo contrario. De ahí lo de la vida como búsqueda.
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