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lunes, 24 de octubre de 2011

Homero y las caras inexistentes

En una aguda observación nuestro seguidor Piedra dice en su comentario al reciente post de "la muerte": vicio que tenemos de poner cuerpo y cara a algo que no existe.
Aún sin haber leído una sola línea de La Ilíada o La Odisea, no hay bachiller que no sepa dos cosas sobre Homero: que era ciego y que probablemente nunca existió. Casi nadie repara en lo contradictorio que resulta darle un atributo real -la ceguera- a algo inexistente. No deja de ser paradójico, en todo caso, que se dude de la existencia individual del fundador de la literatura occidental, la más individualista de todas las culturas. O quizá este sea el primer atributo de todos los fundadores: la duda.

5 comentarios:

  1. Vaya, me has recordado mis clases de literatura del instituto. :D

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  2. Vicio que tenemos de sufrir por lo que duele tanto. Si duele tanto, quizá sea porque existe la separación física de los que amamos y necesitamos seguir viendo.

    Adorado vicio de seguir siendo humanos, y con corazón latiente.

    Besos, con más abrazos.

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  3. Recuerdo de mis clases de filosofia que la duda es el germen del conocimiento, la curiosidad del hombre por conocer su entorno. Que buenos recuerdos, gracias por traerlos. Un saludo

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  4. Hola, me gusta lo que escribes y cómo lo escribes. Con tu permiso, espero, lo pongo en mi ventana.
    Un abrazo, desde el sur

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  5. Si no existió...

    ¿Puedo reclamar la autoria de su obra?

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