Tauromaquia

Decía Saramago: "He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro".
Como tengo el ordenador reparando escribo poco y entro tarde en vuestros blog así que esa es la razón que haya leído hoy la entrada en el blog de Inma Luna titulada: "¿Arte?". En ella se dice, después de quejarse con divertido desparpajo de las noticias diarias que nos ponen del hígado:
       "  (...)    Y leo una noticia que...
                       ME GUSTÓ
        Resulta que a un banderillero le dio
               un toro tres cornadas.
                       ME GUSTÓ."

Si entramos en su blog se pueden leer también los comentarios, por supuesto apoyando esa lucha contra lo taurino por suponer un maltrato para el animal y uniéndose a la opinión de Inma Luna. Como no comenté nada en ese día y este blog lo escriben Pepe Deapié yo mismo, Pitt Tristán, le dedico esta entrada enterita en homenaje a tan manido tema (no es la primera vez).
Sólo decir a favor del aficionado que al que le gusta la tauromaquia, las corridas de toros, las novilladas, el rejoneo, no le gusta, necesariamente, ver el sufrimiento del toro ni de ningún animal.
Pero esto va referido al hecho de consolar a Inma Luna, por todo el sufrimiento que debe padecer sobre estos temas, porque a persona tan sensible los numerosos festejos taurinos de este reino y en particular de su maravillosa ciudad de Sevilla la harán sufrir, pero he pensado que casi no será nada comparado a todo el sufrimiento que se hace padecer a otros animales: los animales humanos. No sólo aquí, que también, sino a lo largo y ancho de este mundo, a Inma que le llega al alma la TORTURA del toro le alabo esa sensibilidad y, por otro lado, esa inclinación tan bondadosa contra la TORTURA le hará comprender y acoger con tremenda gratitud estas palabras, también de Saramago (donde figura la palabra TORTURA):
"En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona".

Para terminar no tengo más remedio -para no dar la impresión de que soy un "pelotas" con la amiga Inma Luna- que darle mi humilde opinión sobre una cosita sin importancia -porque se trata de un banderillero-: Con todas las razones que puedes esgrimir de manera sensata, razonada, sensible, objetiva contra la fiesta de los toros, la menos inteligente de todas es la de alegrarse de la muerte del torero. Descalifica para cualquier opinión sobre lo que tenga que ver con la vida.

Por supuesto que soy aficionado -además de misántropo- y si no explico por qué me da lo mismo decirlo que no, en este blog o en la calle, o en las Chimbambas es porque no quiero ser grosero.