Creo que la niebla nos cubre los ojos arriba y abajo y sin cumbre. Algo se nos escapa y sólo cuando somos conscientes empezamos a vislumbrarlo. Feliz Domingo despejado y sin niebla.
La verdad es que casi siempre cuando estamos dispuestos a empezar es cuando terminamos. Aquí domingo sin niebla, pero a cambio un viento que también produce ceguera.
Y quién quiere subir a la cumbre, yo jamás lo haría, admiro el paisaje desde abajo, es mucho mejor imaginar que ver la realidad. Una entrada muy interesante, como siempre. Besos.
La mayor enfermedad del hombre es su inquieta curiosidad por las cosas que no puede llegar a conocer. Una seguidora muy interesante, como siempre. Besos.
Tus seguidoras somos todas muy intersantes, para interesarnos por tus reflexiones y tus post tan originales, tenemos que ser divinas jajajaja. Más besos.
Llevas razón, hay que reconocer que para divertirse con este blog hay que estar un poquito "divina". Hasta Ángela comenta. No te digo más, divina Maite. Más besos.
Creo que la niebla nos cubre los ojos arriba y abajo y sin cumbre. Algo se nos escapa y sólo cuando somos conscientes empezamos a vislumbrarlo. Feliz Domingo despejado y sin niebla.
ResponderEliminarLa verdad es que casi siempre cuando estamos dispuestos a empezar es cuando terminamos.
EliminarAquí domingo sin niebla, pero a cambio un viento que también produce ceguera.
Magnífico ilustrador para esa niebla que no cesa.
ResponderEliminarMerece la pena conocer al ilustrador, es una pasada. Unamuno ya es más conocido.
EliminarUnamuno era tan sabio que seguro que sabía que la niebla también llega hasta arriba, a veces.
ResponderEliminarUn beso.
Hay personas que están tan por encima de nosotros que no nos ven por la niebla. Gracias por verme tú.
EliminarUn beso.
"...y no distingo a dónde va la calle
ResponderEliminarde mi descenso".
Gracias por estar por ahí.
EliminarLa altura siempre produce ceguera.
ResponderEliminarMuy bueno!!!!
Cariños....
Cariños, Oriana, cariños, que esos no producen ceguera.
EliminarEl trayecto es lo más disfrutable...
ResponderEliminarBesos de domingo!... y míos también...
Alguna ventaja teníamos que tener los que siempre estamos abajo.
EliminarBesos en este gran domingo.
Es difícil llegar a la cumbre y más permanecer solo en lo alto.
ResponderEliminarUn beso Pitt!!
Debe serlo pero ni me lo planteo. Gracias siempre por estar.
EliminarUn beso, mi querida Nena Kosta.
Si es que no conocemos nada más que aquello de lo que escapamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Profundo pensamiento.
EliminarUn abrazo.
Y quién quiere subir a la cumbre, yo jamás lo haría, admiro el paisaje desde abajo, es mucho mejor imaginar que ver la realidad.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante, como siempre.
Besos.
La mayor enfermedad del hombre es su inquieta curiosidad por las cosas que no puede llegar a conocer.
ResponderEliminarUna seguidora muy interesante, como siempre.
Besos.
Tus seguidoras somos todas muy intersantes, para interesarnos por tus reflexiones y tus post tan originales, tenemos que ser divinas jajajaja.
EliminarMás besos.
Llevas razón, hay que reconocer que para divertirse con este blog hay que estar un poquito "divina".
EliminarHasta Ángela comenta. No te digo más, divina Maite.
Más besos.
Una frase absolutamente genial.
ResponderEliminarCon los grandes siempre tenemos motivo para la reflexión.
EliminarCasi no llego. Clamaba, y a veces gritaba, pero en 2011 fue restituido en su cargo de concejal en el ayuntamiento de Salamanca.
ResponderEliminarSiempre llegas y siempre sé que estás ahí. Gracias por ello.
EliminarEs lo que tiene la niebla que siempre nos deja cegatos...aunque sea momentáneamente...aunque hay algunos que...
ResponderEliminarBesitos
Qué misteriosas palabras "...aunque hay algunos que..."
EliminarBesitos.