Quien fuera como ese espejo de Silvia Plath, de plata y exacto, sin prejuicios, que traga todo lo que ve de inmediato tal y como es, sin la turbiedad del amor o de la antipatía. Aquel que no es cruel, sólo veraz, el ojo de un diosecillo con cuatro esquinas.
Sin hacer juicios, que es lo más difícil, pero lo más sensato.
ResponderEliminarQuién fuera!
ResponderEliminar...has vuelto más filósofo que nunca Pitt, me gusta ...un beso.
Y a veces cristalizarse
ResponderEliminarEs muy dificil ser dios, y menos aún diosecillo, pero bueno, agradble debe serlo¡
ResponderEliminarBesos¡
El ojo que todo lo ve... muy bueno , besos
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