La profundidad de Perera, la inspiración de Talavante y el gran toreo de De Justo triunfan con un corridón de El Pilar

Perera, Talavante y De Justo: explosión de toreo en Huesca

La terna se reparte ocho orejas de una noble y buena corrida de El Pilar

Huesca vivió una explosión de toreo. Una gran tarde, en la que el público volvió a llenar el coso oscense y que terminó con los tres toreros en hombros. Alejandro Talavante formó la mundial en una tarde sin adjetivos tras cuajar dos líos a los astados de su lote. El presidente quiso ser protagonista en su primer turno, algo que no consiguió en el quinto. Las dos orejas fueron rotundas. Entregada faena de Emilio de Justo que tiró de garra y raza, para cortar las dos orejas del sexto. Una faena de encaje y ceñimiento, que llegó tras otra importante sin la rúbrica del acero en el tercero. Tres orejas para Miguel Ángel Perera, toreo de mano baja y temple con una buena corrida, con la virtud principal de la nobleza, de El Pilar.

Alejandro Talavante enloqueció Huesca. El extremeño armó un auténtico lío al quinto, en una faena que comenzó de rodillas y que siempre fue a más. Calentó los tendidos con muletazos muy largos y templados. Estocada entera. Dos orejas. En el segundo, Alejandro Talavante cuajó una exquisita faena, que sólo la presidencia no vio. Se fue el extremeño al tendido de sol y, con muletazos lentos y profundos, supo sacar lo mejor a un buen toro de El Pilar. La plaza enloqueció y pidió las dos orejas con mucha fuerza. El presidente solo concedió una.

Dos orejas paseó Emilio de Justo del sexto, al que cuajó ya con el capote. El extremeño toreó con enorme largura y mando, en muletazos muy entregados y con mucho empaque. Tras una estocada, paseó dos orejas. Emilio de Justo pinchó una gran faena al noble tercero. El de Torrejoncillo realizó un trasteo compacto, con ritmo y transmisión. Todo con enorme temple, pulseando una embestida que no estuvo sobrada de fuerzas. Los aceros le privaron de tocar pelo. Ovación.

Miguel Ángel Perera cuajó una gran faena al primero. Encajado, firme y muy capaz, el extremeño puso la plaza boca abajo con muletazos lentos y hondos. Estocada entera. Dos orejas. Perera redondeó su tarde, cortando una oreja del cuarto. El extremeño estuvo a un alto nivel con remates artísticos impolutos. Largos y a más fueron los muletazos que le hicieron pasear un apéndice tras una buena estocada.