En España hay mucho éxito sin mérito, de eso andamos muy sobrados.
A mi en concreto no me afecta, vivo en un mundo muy reducido, sólo entran los del mérito, aunque sea sin éxito, si lo tienen mejor, pq yo jamás tendré ni lo uno ni lo otro.
Una persona envidiosa no repara en lo que el envidiado tuvo que sacrificar para conseguir el éxito, o lo que sea. Pararse a pensarlo puede ser un antídoto contra la envidia, pero para eso hace falta reflexión y en este país no andamos muy sobrados. Es mejor actuar y hacer sin pararse a pensar, dónde va a parar. Como un pollo sin cabeza, si señor.
En España hay mucho éxito sin mérito, de eso andamos muy sobrados.
ResponderEliminarA mi en concreto no me afecta, vivo en un mundo muy reducido, sólo entran los del mérito, aunque sea sin éxito, si lo tienen mejor, pq yo jamás tendré ni lo uno ni lo otro.
Espero que hayas resuelto tus interrogantes, mua!
Una persona envidiosa no repara en lo que el envidiado tuvo que sacrificar para conseguir el éxito, o lo que sea. Pararse a pensarlo puede ser un antídoto contra la envidia, pero para eso hace falta reflexión y en este país no andamos muy sobrados. Es mejor actuar y hacer sin pararse a pensar, dónde va a parar. Como un pollo sin cabeza, si señor.
ResponderEliminarJa, pues parece que sí, que así es, ¿envidia, necedad? Quién sabe...
ResponderEliminarQue razón tenía Benavente.
ResponderEliminarSomos un país de envidia, que endiosa a futbolistas y tonadilleras.
El éxito sin mérito de por ejemplo Belén Esteban casi se santifica. Benavente era un visionario.
ResponderEliminarSin duda alguna. Abrazos.
ResponderEliminarLa mayoría quiere resultados con esfuerzo cero, y eso nunca debería ser así. País de envidiosos...
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