Repasando canciones, para compartir con todos ustedes, vienen también los recuerdos que se enganchan como las cerezas cuando las coges de un cesto. Este texto de "Los viajes de la cigüeña" de Gustavo Martín Gazo, describe ese periplo de la memoria:
"También la memoria es un viaje y cuando recordamos no hacemos sino visitar los lugares que guardan las huellas de nuestra vida. Tratando de recuperar lo vivido, y de hacer nuestro lo que no hemos llegado a vivir. Como volver a una casa y descubrir en ella cuartos y desvanes que no sabíamos que existieran. La verdadera memoria también nos lleva a esos lugares no vividos de nuestra propia vida. Para decirlo con el hermoso título de un libro de César Antonio Molina, nos permite regresar adonde nunca estuvimos".
Me encanta,"nos permite regresar a donde nunca estuvimos", ¿quién no ha añorado alguna vez lo que nunca vivió?
ResponderEliminarTe acuerdas Pitt, aquel día que fuimos al jardín botánico del parque grande a hacer un picnic?
ResponderEliminarMarikosan
¿No es cierto, Jana, que a veces tiene uno en la memoria un paisaje que nunca ha visto, una casa que nunca ha visitado, un paseo que nunca ha recorrido? Creo que estas pocas líneas de Martín Gazo expresan cosas que nos ocurren a muchos dentro de la mente. Virtud de los poetas.
ResponderEliminarTus palabras, Marikosan, me han desatado los nudos de la memoria... ese jardín que esconde evocaciones en todos sus rincones. Pequeño, recoleto.
ResponderEliminar¿Sabes? Siempre recuerdo aquella tarde cuando escucho "Los Pinos de Roma" de Repighi, los sonidos de los pájaros al final del tercer movimiento (I pini del Gianicolo), como aquella tarde... aquella tarde, que ahora me parece tan lejana. Menos mal que tengo la música para evocarla.
Hablando de música, quizá fuera ese lugar donde se inspiró Falla (nunca lo reveló) para, ¡fijaté lo que son las cosas! escribir su "Danza en la distancia" de sus "Noches en los Jardines de España". A partir de ahora, siempre que lo escuche, también recordaré ese día.
Menos mal que existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya.
La realidad es que nuestra memoria se despierta con sutiles cositas; de repente un aroma, un perfume, nos lleva al momento exacto en que lo respiramos por primera vez, o nos trae a la mente personas y vivencias que pasamos con ellas...
ResponderEliminarO la música como decís: una canción, una melodía, unas notas pequeñitas... ¡Cuántos cajoncitos resguardados tendremos todavía!
También la memoria a veces nos engaña. Rellenamos los huecos en la memoria de vivencias pasadas y a veces lo recordado difiere de lo vivido. Al menos eso es lo que dicen en un programa del Punset.
ResponderEliminarEso es cierto Pepe, muchas cosas las recordamos como queremos recordarlas, no como realmente son, pero.... cada cual que sea feliz como desee, no te parece?
ResponderEliminarMarikosan
Así es, no se por que, pero así es.
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