Seguidores
miércoles, 18 de enero de 2017
Erotismo virtual
Una conversación, con alguien de mejor criterio que yo y una mayor perspectiva e inteligencia, una especie de advertencia, me ha hecho pensar un poco –poco ¡ eh!- sobre el cibersexo o, como a mí me gusta interpretarlo: erotismo virtual. Yo pensaba en algo inofensivo y placentero –por lo que dicen puede crear adicción, también las patatas fritas, no te jode-, pensaba en una práctica dónde se expresan ciertos deseos que, en la realidad, muchas veces nos resulta difícil de tolerar o procesar por culpa, vergüenza, angustia o miedo. Pensaba que era como una masturbación en compañía, que se trataba de una nueva realidad que está entre nosotros que no es buena ni mala en sí misma, que lo importante, en todo caso, es que se pueda canalizar de manera tal que contribuya a desarrollar nuestra sexualidad y enriquecerla.
Pero, el problema es que mi reflexión ha empeorado esta opinión, con algo de mayor calado, con algo que no tiene que ver con el sexo, o sólo con el sexo. El hombre moderno, con penas de diseño, familiarizado con el sufrimiento con glamour, lleva gafas oscuras. Éstas, como señaló Roland Barthes, ocultan los ojos a las miradas ajenas pero, al hacerlo de un modo tan flagrante, pregonan lo que está oculto. La oscuridad de las gafas arroja luz sobre el estado emocional del amante infeliz, los discos negros representan la oscuridad del alma, las noches en vela que ha pasado. "Larvatus prodeo” (ese “avanzo ocultándome”, de Descartes).
Así nos ocultamos tras la pantalla. Nunca nos conoceremos del todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSí, pensar, ya no me acordaba de eso. Es bueno. Cansa pero es bueno.
ResponderEliminarMi conocimiento del cibersexo en muy alto, como soy muy disciplinado, por las mañanas me levanto a las 06:45 y tras una ducha y el desayuno, me pongo al cibersexo, sólo hasta la hora de comer. Luego, tras una breve siesta, ya estoy en el ordenador a continuar la sesión sexual, para la cena como un sandwich frente a la pantalla, que para algo lo inventó John Montagu, conde de Sandwich, aunque él lo hiciera para seguir jugando a las cartas, entonces no existía internet(e). Si me queda algo de tiempo lo dedico a leer, ver algo de cine, escribir y pintar, que es mi dedicación principal, unos cinco minutos al día o así, sin contar el desplazamiento a mi estudio. En fin, que no creo que esto sea una adicción, vamos.
Admiro (y te admiro) a los que tienen las cosas tan claras, en realidad puede que hasta los envidie pues siempre me muevo en la duda, pero esto que me dices, siempre inspiradora, me hace replantearme este asunto en concreto e igual reduzco su consumo de amante infiel -eso sí que ha dolido- y lo del lecho, curiosa palabra, la emplearé cuando me vaya a dormir por ejemplo: me voy al lecho.
Me parece, también, que esta entrada ha sido un poco precipitada y que voy a perder seguidores en detrimento de mi autoestima pero, en fin, a lo hecho, lecho. Como tú dices, ya haya una pantalla de por medio o ¿sólo? piel.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarClaro que sé lo que es piel, eso a lo que afecta la dermatitis atópica.
EliminarLas interrogantes estaban en el adverbio.
:) No soy tremendo, soy ingenuo.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDonde esté el vivo y el directo...
ResponderEliminarBien dicho.
EliminarDonde estén las angulas... que se quiten los espaguetis.
Voy a bajar a comprar unas angulas.
Hay que probarlo todo y quedarse con lo mejor. Decía San Agustin.
ResponderEliminarSi tienes alma de filósofo... pues abres puertas..y a ver que pasa...
Besos, querido Pitt.
Además no deja de ser otra fantasía más de este blog, que ya sabes como va, jajajajajaja.
EliminarGracias por tu amable condescendencia, en el buen sentido de la palabra.
Besos, querida Marián.
Una de las mayores satisfacciones, que no siempre podemos hacer, es dejarnos llevar por esos impulsos en los que mente y cuerpo te pide “cualquier cosa” para tu propia satisfacción y enriquecimiento personal de cualquier índole, y más, cuando es compartido… Ahora bien, de ahí, a ser dependiente total “sobre el tema que nos dejas hoy” y olvidarse de las maravillas de la vida, y de las fantásticas batallas sexuales cuerpo a cuerpo… pues hombre…como del cielo a la tierra… ;-)
ResponderEliminarBsoss transparentes, mi querido Pitt!!
Sabes que es una exageración para divertirnos. Lo mejor es ver el fútbol en el campo, o mejor todavía jugar en el equipo de moda, pero sirve como pasatiempo verlo en la tele, a mí no me gusta pero creo que mucha gente lo hace.
EliminarBesos transparentes, claro que sí.
Eso es verdad, incluso uno mismo no se conoce claramente, así también como conocer tan bien a los demás, sea del modo que sea.
ResponderEliminarUn abrazo.
mar
Sin duda, gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.