Hunden la figura y encumbran al humilde. O como dijera Luis Miguel Dominguín: “Madrid es una plaza muy buena para los malos toreros y muy mala para los buenos”.
Cuelga la medalla de la chapa, su primer mandamiento. "Sin toro, nada", se puede leer. Son los "ultras" del '7', los siete del ‘7’, una selección de las 1450 personas que se aprietan en el tendido.
Fragmento de un artículo de Rubén Amón:Es el
tendido en-tendidos. Custodian el dogma. Hunden la figura y encumbran al
humilde. Y pagan. Y como pagan, pues gritan, como si el dinero les doliera. O
quisieran recuperarlo con el estruendo vociferante. El 7 se
describe a sí mismo como la última trinchera de la pureza, la madrasa donde se
fija la doctrina y donde se garantizan los tabúes. Implícitamente están
prohibidos en Madrid los rabos y los indultos, igual que prosperan las
consignas de contra los matadores prohibidos. Nadie como El Juli ha pagado y
paga la aversión del 7, más que nada porque los espectadores del “sector”
recelan de sus triunfos en Sevilla e interpretan con suspicacia a los toreros
ricos y superdotados.
Los aficionados del 7 tiene una misión. Y la ejecutan
tiranizando la atmósfera de la plaza. Por eso he recomendado cambiar el nombre
de la estación de Las Ventas. Y sustituirla por Tribunal.
Por Rubén Amón (artículo publicado en el
Confidencial, el 9 de mayo de 2022)
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