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martes, 15 de mayo de 2012
Los verdaderos colores
No es fácil ver en alguien sus verdaderos colores, a veces hay que mirar bajo el barniz de la masculinidad para encontrar un ego frágil; hay que ignorar el brillo de una joya para saber que estás ante una pìedra falsa; hay que sacar la verdad de entre las sombras para ver la belleza de su sonrisa. Sí, las personas ocultan su verdadera forma de ser todos los días y, por desgracia, en muchas ocasiones solo nos damos cuenta cuando ya es tarde.
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Juegos de luces y sombras...quién sabe si la ocultación no es siempre consciente.
ResponderEliminarY a veces es mejor ni llegar a conocerlos.
ResponderEliminarNo sé si te pasa a tí pero yo, aunque intento ser sincero todo el tiempo no siempre soy yo en toda situación. A veces, por pudor o vete a saber qué corriente subterránea de temor, no consigo ser yo al cien por cien. Me voy convirtiendo en mí mismo para los demás cuando tengo confianza con ellos. Y siempre suele ser darme mejor resultado el yo verdadero que el yo impostado.
ResponderEliminarAy mi querido Pitt y los que somos siempre iguales en cualquier situación, con cualquier persona, en cualquier momento, nos tachan de tantas cosas que yo ya ni me acuerdo...
ResponderEliminarY qué triste que si te comportas como realmente eres (que no se se puede todo el tiempo, seamos sinceros) te tachan de lo que sea.
ResponderEliminarNo, no es fácil ver a alguien con sus verdaderos colores, ni siquiera conocemos los propios del todo.
Un abrazo Pitt, creo que hoy lo necesitas :)
Es duro comprobar que lo que existía era tan solo una máscara de color.
ResponderEliminarBesos.
Sí, somos actores de nuestra propia vida.
ResponderEliminarBesoss
Se teme mucho salir heridos, por eso las máscaras y los caparazones.
ResponderEliminarUn beso y algo de medicinita de anís, para que te quites esa tristexza que percibo.
Colores tornasolados, falsos brillos, corazas laxas... haberlas haylas, todos las hemos visto, todos las hemos sufrido y todos las hemos usado alguna vez, pero, he aprendido a no decepcionarme del ser humano, y es que quizá, cuando nuestro estado de animo, nuestra pupila sólo es capaz de ver tras un velo ennegrecido por la tristeza, por una decepción fatua o por una ansiedad excesiva, la perspectiva se pierde y vemos humo donde no hay nada, y vemos blancos o negros donde antes había colores y sigue habiéndolos ¿defensa, negación, frustración?, no lo sé, pero sí, "instantes negativos" que pueden teñir vivencias, recuerdos y decisiones, yo, al menos, intento no caer en estas trampas que tan frecuentemente nos ponemos a nosotros mismos...no lo hagas tu, querido Pitt ante un estado de melancolía, en mi opinión, resulta mas sano parar, tomar perspectiva y esperar antes de volver a contemplar ese paisaje lleno de verdaderos colores...
ResponderEliminarHoy un besazo de ÁNIMO GIGANTE, te noto triste, y te aseguro que no me gusta nada...!sal de ahí ya, por favor! MUAK
A veces somos daltónicos, otras, cuando no nos gusta lo que vemos, teñimos la realidad a nuestro antojo. A veces la verdad es de un negro tan intenso...
ResponderEliminarBuenísima reflexión marikosan
EliminarBeso
No me lo digas... yo estoy dispuesta a llorar mil mares más, con tal de que tu nunca sufras... Pero, bueno, quizá mi tristeza merme un poco la tuya. siempre a mi me ha hecho pararme el ver a otros que sufren.
ResponderEliminarUn gran beso de anís y gracias por venir a verme.
Lástima cuando nos ocultamos detrás de tantas máscaras, detrás de tanto personajes que nada tienen que ver con nosotros, le privamos al resto del mundo de conocer el gran tesoro de conocer nuestro mejor yo... suma de defectos, errores, vistudes, triunfos y fracasos, todo junto y a la vez, ese es el color que nos hace especiales.
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