Sublime Ginés Marín, cuatro orejas y rabo. Apoteosis de Roca Rey, tres orejas. Brama Badajoz
Tarde grande en Badajoz
Apoteosis el día de San Juan. Un sublime Ginés Marín, en torero completo, que cada vez corre la mano con mas despaciosidad, más profundo, más creativo, más Ginés Marín que nunca; y un Roca Rey en figura plena del toreo, han hecho bramar a la plaza de Badajoz. Cuatro orejas y rabo para el extremeño, el gallo en su corral. Una tarde extraordinaria de Ginés Marín y un Roca Rey con hambre de triunfo, insaciable ante el éxito, que ha apostado y ha tirado la moneda al aire. Ha abierto la tarde Morante de la Puebla, sufrió dos cogidas por el cuarto de la tarde, siendo trasladado al hospital por un traumatismo torácico. Las pocas opciones que le ha dado su lote, las ha aprovechado cortando una oreja al cuarto de la tarde, destapando el tarro de las esencias. Todo ello frente a una variada y bien hecha corrida de Cuvillo, que ha permitido la apoteosis de Badajoz.
Sublime Ginés Marín frente al tercero en Badajoz. Un gran toro en el que hizo una faena para paladares exquisitos. Una faena en la que toreó despacio, mecido, ligado, templado y en la que ha sacado a relucir un paso adelante en su tauromaquia. Una tauromaquia más profunda, en la que destacó su toreo con la mano izquierda. El público vibró con la actuación de Ginés y, tras una buena estocada, cortó las dos orejas y rabo. Otra gran faena de Ginés Marín, que ha cuajado a la perfección al sexto toro. De nuevo, ha sobresalido toreando despacio, con la yema de los dedos y con una muleta bajera. Una gran faena que le ha valido las dos orejas.
Dos orejas para Roca Rey en el segundo, un toro que no ayudó. Sin embargo, el peruano apostó todo, tirando la moneda al aire y realizó una faena de mucha raza y carácter, encontrando toro en todas partes. Tras una buena estocada desorejó al astado. Oreja de Roca Rey en el quinto tras una faena de gran entereza sobre ambas manos. Las virtudes que abrió el de Cuvillo las aprovecho el peruano en una faena de máximo voltaje. Puro corazón. Gran tarde de Roca.
Morante de la Puebla fue silenciado en el primero, en el que se encontró con un toro sin fondo ni finales. Buen trato del sevillano que no tuvo antagonista. Oreja para Morante de la Puebla del cuarto, un toro con fijeza al que entendió perfecto el sevillano en una faena enjundiosa y creativa. Hubo muletazos excelentes dentro de un conjunto que rezumo torería. Apostó tanto que fue prendido hasta en dos ocasiones por el toro. Sin embargo, se repuso y acabó culminando la faena y paseando la oreja. Después, pasó por la enfermería.
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