La histórica Puerta Grande de Morante en Madrid a gritos de ¡José Antonio, Morante de la Puebla!
La escena se ha vuelto aún más vibrante, e imposible para los fotógrafos, cuando la Policía ha tenido que introducir caballos en la Puerta Grande para intentar controlar a la multitud. Pero el delirio era imparable. Morante, emocionado, ha sido llevado en volandas por una marea humana que ha abarrotado la calle de Alcalá.
Lo extraordinario ha llegado al prolongarse la celebración más allá de Las Ventas. Los aficionados, entregados, han cortado el tráfico de varias calles del centro de Madrid para acompañar al torero, que ha seguido y sigue en hombros camino del hotel Wellington, en plena calle Velázquez. Un trayecto convertido en una triunfal marcha popular.
Morante ha desatado la locura en una ciudad rendida a su arte y a una de esas tardes que quedan para siempre en la memoria de la afición.
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