Talavante o el toreo que no se aprende, junto a un gran Juan Ortega en Alicante
Juan Ortega salió también en hombros tras cortar una oreja de cada uno de sus oponentes. Oreja y dramática cogida de Marco Pérez ante el tercero de la tarde
La tarde de Alicante tuvo muchos y variados ingredientes. El mayor de todos lo puso Alejandro Talavante, un torero genial que está cuajando una soberbia temporada y que hoy en Alicante ha puesto sobre la mesa todos los ingredientes de su tauromaquia. Con el mejor de su lote, el cuarto, el extremeño estuvo cumbre, indultando a un animal que toreó despacio y profundo, sobre todo sobre la mano izquierda. Una zurda de goma y mano baja, llena de expresión y ajuste. Una faena llena de inspiración. Con los otros dos animales que lidió ralló a gran nivel. Al primero le cortó una oreja tras la infalible receta del temple y el dominio. El segundo protagonista de la tarde fue Juan Ortega, toreando despacio y al ralentí a dos toros a los que supo aplicar su personalidad y con los que cuajó dos labores de enjundia. El tercer protagonista fue Marco Pérez. El salmantino cortó una oreja del único toro que pudo estoquear. Un toro áspero y rebrincado al que le buscó las vueltas, pisando con determinación terrenos comprometidos. Sufrió una cogida dramática, de la que se repuso con arrestos para poder cortar una oreja de clamor. Todo ello con una corrida Cuvillo que tuvo tres animales de gran nota, el segundo, el cuarto indultado y el quinto. Con otros matices los otros tres.
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