Una noche paseaba Beethoven con un amigo por un barrio muy pobre de Bonn y oyeron un piano. Era como si tocara un ángel. Hipnotizado por la música, entró en la casa y se sorprendió: quien tocaba el piano era una jovencita ciega. Preguntó amablemente a la muchacha dónde había aprendido a tocar, a lo cual ella respondió que una vez habían vivido al lado de una mujer que estudiaba música, y quien pasaba gran parte de su tiempo practicando las obras del gran Maestro, Beethoven. Ella había aprendido a tocar muchas de las piezas del Maestro tan sólo oyendo practicar a su vecina. ¡Escucha! dijo Beethoven, mientras caminaba hacia el piano, luego se sentó y tocó unos acordes de una de sus obras. Lágrimas cayeron de los ojos de la muchacha al momento en que ella reconoció la música, y luego con una voz trémula, le preguntó a él si era posible que fuera el gran Maestro en persona. “Si” respondió Beethoven; “tocaré para ti”. Como la habitación estaba en penumbra Beethoven se levantó, fue hacia la ventana, y la abrió, inundando la habitación con la luz de la luna. Luego de meditar unos momentos, se volvió y dijo: “Improvisaré una sonata a la luz de la luna”. Luego siguió la maravillosa composición que conocemos tan bien. Por eso escribió esta música: Claro de Luna.
¡Qué bonito y qué majo Beethoven. Cuídate mucho.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Muy majo, jajajaja. Me cuido, gracias, y también precaución por ahí.
EliminarAbrazo.
Me gusta Claro de Luna, pero sinceramente vine por Gandalf. Me he reído mucho al leer lo de me "me cago en tu puta estampa" porque es una expresión muy de nuestra tierra.
ResponderEliminarSaludos.
Lo de Gandalf me pareció luego demasiado bobo, jajajajajaja, aunque a mi me hacía gracia. Y esas expresiones como la de la puta estampa no se deberían perder, jajajajajaja.
EliminarSaludos.
Que ganas de oir un piano en esta desolada pandemia
ResponderEliminarAl menos podemos disfrutar de la música en internet, te recomiendo, porque los he vuelto a escuchar ayer y anteayer, el Piano Concerto nº 2, op. 18 de Rachmaninoff y el maravilloso y que me encanta Piano Concerto nº 1, op. 23 de Tchaikovsky, los dos interpretados por Anna Fedorova y con la Nordwestdeutsche Philharmonie, para extasiarse.
EliminarUna reinvención muy bonita sobre el otro nombre de esta pieza musical y sinceramente me gusta mucho más la tuya. Besos
ResponderEliminarGracias, el encanto tamibién puede formar parte de la historia, aunque sea ficticia.
EliminarBesos.
Muchas historias se han tejido intentando saber a quién dedicó el gran músico su Claro de Luna. La tuya es muy poética y bien podría ser la real. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te guste.
EliminarUn abrazo.
Es una historia preciosa Pitt. Me gustaría que fuese la auténtica realidad. Besos :D
ResponderEliminarPiensa que también es real Don Quijote.
EliminarBesos.
Hola Pitt Tristán. Muy humanitario Beethoven. Qué aplicada la joven que tan sólo por escuchar la música una y otra vez, supo tocas el piano. Dos grandes creadores ella ciega y sin tomar clases y Beethoven sordo y cada vez su música fue más bella y tenía más éxito. Muy bonita la historia.
ResponderEliminarPor cierto entre a mirar los comentarios de la entrada anterior que se ve que has quitado. :-)
Saludos
Es que me pareció que la entrada no estaba a vuestra altura y la he retirado, aunque a mi me hacía gracia, desde lueego no era por el comentario.
EliminarSaludos.
Ok, gracias por responder
EliminarSaludos
Extraordinario.
ResponderEliminarBeethoven siempre está presente en mi pensamiento. Ya desde cuando era un niño, cada día, en algún momento, siempre acuden a mi mente algunos compases del Maestro de Bonn.
Abrazos
Es algo que llega y llena al espíritu.
EliminarAbrazos.
Olá, Tristán
ResponderEliminarMaravilhoso texto.
A jovem cega que toca piano, Beethoven que cria "Claro de Luna",
dedicando-lha, motivo mas do que suficiente para querer ouvir
de novo esta bela Sonata.
Momento único! Muito obrigada.
Abraço
Olinda
Un bello moento, sí.
EliminarGracias por tu visita y un abrazo.
Que historia tan bonito y tierna, a veces se confabula el destino para dejarnos estas bellas historias. Gracias amigo por dejarnos tan tierna entrada. Un beso y abrazo feliz jueves.
ResponderEliminarNo me estraña que sea tan bella "Claro de Luna"
Gracias, nos gustan estas historias.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada. El piano y el violín, son mis instrumentos favoritos. Escuchar piezas en la cuarentena hizo que me invadiera la nostalgia.
Un saludo y me quedo por aquí.
Gracias por tus palabras, también soy un entusiasta de ambos instrumentos, no soy un entendido pero son unas obras que me emocionan profundamente. Te diré como curiosidad que mi padre era pianista profesional y su hermano, mi tío, violín, y a eso se dedicaron toda su vida laboral como intérpretes y profesores.
EliminarMuchas gracias por tu atención. Un saludo.
Real o no es muy poético, Pitt
ResponderEliminar¿Tocas el piano?
Beso
Desgraciadamente no, empecé los estudios porque en mi casa todos estudiamos música pero era muy sacrificado y lo abandoné. Bien que lo lamento.
EliminarBeso.
Aún es tiempo
EliminarYa, el piano lo tenemos, pero no me veo otra vez empezando con el métdo Beyer como cuando era un chiquillo, jajajajaja. Y es más costoso de lo que parece. Muchas horas de estudio ya te lo digo.
EliminarEntrañable prosa, muy poética. Y lo que cuenta no es si es o no ficticia. Como bien dices Don Quijote tambien existió.
ResponderEliminarUna delicia de lectura. Pitt Tristán.
Anna Babra
Así es, después de la verdad no hay nada tan bello como la ficción.
EliminarMuchas gracias.
Hermosa canción, y excelente relato. Muchas gracias por compartir!
ResponderEliminarGracias, toda la suerte del mundo.
EliminarUna hermosa historia. Maravillosa melodía.
ResponderEliminarSuelo escuchar los Nocturnos de Chopin.
Un beso!
Una historia preciosa❤
ResponderEliminarPor cierto, acabo de fijarme en tu fotografía de portada. Es el Coso. Al fondo el colegio de los Escolapios. A la izquierda, que no se ve, la Plaza San Roque con la iglesia y el colegio de Escolapias. Fue mi cole.