Desde ‘Las nubes’ de Aristófanes, pasando por ‘Doña Perfecta’
de Galdós, ‘Los días felices’ de Samuel Beckett, hasta ‘El informe de Brodie’
de Borges; las películas ‘El gran dictador’ de Chaplin, ‘¿Teléfono rojo?
Volamos hacia Moscú’, de Kubrick o ‘¡Bienvenido Mr. Marshall!’, de Berlanga… y
tantas otra obras son ejemplos perfectos del arte de ofender con destreza
artística. Porque la sátira no es vituperio.
El texto satírico que, si es
eficaz, ofende, debe hacerlo no solo con justicia sino sutilmente. Para ser
sátira, el impulso de burlarse de lo ridículo debe ser un impulso artístico. Me
gusta la sátira. Porque suele ser justa, porque suele señalar pretensiones falaces,
porque hiere, porque denuncia, la sátira suele provocar la furia de aquellos a
quien acusa. Los grandes autores han defendido la risa como herramienta ante la
incongruencia. La sátira es parte de la historia de la literatura, aunque la
reacción haya sido la censura, la prisión o la muerte.
Eso porque la sátira duele...oír la verdad duele.. y además, la sátira huye al entendimiento de su original!!
ResponderEliminarTienes razón.
EliminarTotalmente cierto todo lo que dices. Que pases un estupendo domingo
ResponderEliminarGracias, igualmente con toda la semana.
EliminarLa sátira es un recurso para los misántropos con talento.
ResponderEliminarAl alcance de pocos, como los citados, pero podemos ser aprendices.
EliminarLa sátira es una de las formas más inteligentes de expresión literaria y es también una forma de relativizar la vida con humor.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó Estradé
La labor del humorista consiste en tomar algo que se considera formalmente aceptable y normal y desvelar que no lo es. La presa favorita de la sátira y la parodia es lo considerado serio, correcto y solemne.
EliminarSalud.
Totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarLástima que mas de uno,a no lo entienda ...
"¿Día Mundial de Hablar como un Pirata?, jajajajajaja, eres la bomba Joaki, ¿quién querría hablar como Torra?, jajajajajajaja."
.-que bueno....
Un abrazo.
Jajajajaja, eso es ironía y sátira, si, jajajaja.
EliminarUn abrazo.
La sátira es una forma muy sabia de hacer crítica, cuanto más fina mejor como dices. Es un arte admirable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, tiene que ser fina, y nunca ridiculizar al diferente, al débil, al que tiene un defecto, eso es un viejo y pobre recurso humorístico.
EliminarUn abrazo.
Muy bien dicho, creo que con esa clase de literatura se han dicho muchas verdades, cosas que ahora no se emplea tanto. El propio lenguaje ha perdido esa elegancia de tiempos atrás. Un abrazo y muy feliz noche.
ResponderEliminar"No he de callar por más que con el dedo,/ ya tocando la boca o ya la frente,/ silencio avises o amenaces miedo", advierte el más célebre de los satíricos españoles Franciso de Quevedo, a sus censores. Como bien dices se ha perdido esa elegancia.
EliminarUn abrazo.
De total acuerdo contigo Pitt. Feliz semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Conchi, igualmente.
EliminarHola Pitt. Estoy de acuerdo contigo en lo que dices de la Sátira siempre y cuando no se burle de los más débiles ni de los defectos de las personas. Cuando se hace crítica a los gobiernos o algún tipo de poder para que se den cuenta que no lo están haciendo bien, pues me parece muy bien que se les deje en ridículo y que sean la risa de quienes leen o escuchan en canción esas burlas. También hay que tener cuidado porque mira lo que sucedió en Francia con la revista francesa de sátira llamada Charlie Hebdo. Hay extremistas muy peligrosos.
ResponderEliminarA mi me encantan algunas de las canciones de carnaval que son sátiras hacia algunos políticos o a los mojones (cacas de los perros) etc...
Saludos
Exactamente, eso mismo de no burlarse del débil está dicho un poquito más arriba en la respuesta a Ana, ni del débil, ni del que tiene un defecto, ni del diferente, como nadie defenderá una broma sobre una víctima de violencia de género o un chiste repugnante ante un niño, todos sabemos cuando una broma es responsable o no lo es, también digo en una respuesta que la presa favorita de la sátira es lo considerado serio, correcto y solemne. Lo que dices de lo ocurrido a Charlie Hebdo, más curioso que este impulso de burlarse de la necedad ajena es la sensitividad desmesurada, la furia incontenible, el ultraje sentido ante una sátira por los detentores de una fe que se define como incólume, tal indignación 'in loco parentis' tiene algo de blasfemia, suponer que la divinidad en la que creen estos fieles es tan sensiblera e insegura que le ofenden con una broma o una caricatura, que tiene un complejo de inferioridad tan fuerte que necesita la alabanza constante y que, si es insultada, debe ser vengada por guerreros armados es prueba de una colosal arrogancia. Mejor sería seguir el consejo de Winnie en 'Los días felices' de Beckett: "¿Qué mejor manera de ensalzar al Todopodesroso que acompañando de risitas sus chistes, sobre todo los peores?".
EliminarSaludos.