Ginés Marín: una faena de torero cuajado (Crónica de la 4ª de la Feria de San Isidro de Madrid)
El extremeño paseó una oreja en Las Ventas, al igual que Diego Ventura en el día de su regreso al coso madrileño
Estaba la tarde ya metida en el abismo cuando Ginés Marín se dispuso a brindar al centro del ruedo la faena del sexto. Incluso, se llegaron a escuchar unos pitos de aquellos que entendían que ante ese toro pocas eran las opciones de hacer faena. No eran minoría las cabezas por las que se pasó la misma idea. En casi todas, menos en la de Ginés Marín, que dejó una faena de torero cuajado. De esas de marcar el sitio y la distancia con el medio toro. Actuación solo para mentes que tienen la capacidad y la clarividencia de aprovechar cualquier resquicio de embestida. Y con la sensación, tras pasear una oreja de peso contra todo pronóstico, de que sólo hace falta que le embista un toro, para volver a acabar con el cuadro en Las Ventas. Regresaba Diego Ventura a Madrid y consiguió un triunfo en campo contrario, pues tuvo que levantar la frialdad del público en su primer toro a base de cuajar una importante faena frente al cuarto. En tarde con un público más propenso al rejoneo, el de La Puebla del Río hubiera salido sin lugar a dudas por la Puerta Grande. Pero anotar fuera de casa también tiene mucho mérito. Gran ambiente en la plaza, que registró un lleno, pero que apenas pudieron ver a Paco Ureña, que se encontró con un lote que no le permitió mucho lucimiento dentro de una corrida de Montalvo que estuvo bien presentada, pero que decepcionó por su juego.
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