Ecos del toreo: de Álvaro Núñez y Fortes, pasando por Las Ventas, Arles y Zaragoza
Editorial del martes 22 de abril de 2025
Regresa a primera línea de actualidad Álvaro Núñez, cuya travesía del desierto comienza a ver el final. No ha debido ser fácil echarse a un lado desde un camino ya labrado para construir una nueva calzada por la que comenzar de cero. Su corrida de Málaga del Sábado de Gloria tiene lecturas tan positivas como vitales para el toreo: de nuevo, tenemos la fortuna de contar con un ganadero que busca su propio sello en el toro. Hay ganaderos que seleccionan y trabajan buscando un toro a través del guion de lo que escuchan, pulsan y atienden en un escrutinio o plebiscito de opiniones/conceptos que contaminan y condicionan en exceso su propia idea de toro. Esta idea de toro ‘encuestado’ a priori da como resultado un toro que no es el del ganadero, sino un toro que busca ser aceptado casi como fruto de una encuesta.
Los toros, que no tienen personalidad (esa es una condición del ser humano), sí son fruto de la personalidad del ganadero. Y un ganadero con personalidad es un ganadero que no participa en encuestas ajenas, sino que tiene en su mente la verdadera encuesta: Álvaro Núñez tiene el toreo metido en la cabeza. Sabe que, desde hace tiempo, el toreo se hace exigencia y, muy posiblemente, sólo desde esa exigencia el toreo alcanza las cotas de excelencia. Tener la virtud de comprender el toreo y a los grandes toreros es pensar en el toro que ha de salir a la plaza. Tener esa idea de toro.
La corrida de Málaga sacó gran nota y permitió, por cierto, ver a un torero que se pasa la vida remontando, pero que tiene unas condiciones y un toreo de profundidad y kilates, Fortes
La bravura como concepto general no es algo que se hereda genéticamente, al contrario. Ese milagro ganadero de tratar con la acometividad es un milagro. Pero Álvaro y algún ganadero actual la sobrepasan a través de multitud de matices en la selección. Un cuerpo o continente para que el toreo de exigencia sea posible y, dentro de esa morfología flexible, un contenido de ricos matices. Sinceramente, da la impresión de que se ha notado su ausencia en la ganadería de Núñez del Cuvillo, tan definida en forma y fondo hace unos años. La corrida de Málaga sacó gran nota y permitió, por cierto, ver a un torero que se pasa la vida remontando, pero que tiene unas condiciones y un toreo de profundidad y kilates, Fortes. Lo borró el malagueño, superando con su toreo al triunfo de Roca Rey.
El eco de Fortes es lo más destacado de este fin de semana de pasión. Y Arles le robó la cartera el Domingo de Resurrección a Sevilla con una corrida plena de competencia y rivalidad entre el propio Roca, Tomás Rufo, que apunta a un año vital y de crecimiento, y Emilio de Justo, uno de los toreros más metidos e implicados en su profesión en todos los conceptos. Ese mismo cartel, en Las Ventas, va a ser una de las tardes del año. En Madrid, el regreso de Palha pareció regresarnos a esos tiempos de primer tercio. Hasta tres toros fueron tres veces al caballo, pero ninguno permitió un atisbo del toreo de muleta. La sinceridad erizada y el valor de Juan Leal fueron dignos de elogio hasta ganarse el respeto de todos los tendidos de la plaza. O una faena al natural de Ginés Marín en Zaragoza, de mucho peso y poco premio, de nuevo, por el palco. Precisamente, en el Coso de la Misericordia, se presentó con expectación Aarón Palacio y triunfó. Así como a la senda del triunfo sigue abonado Fernando Adrián, con una vibrante faena en Zaragoza y un triunfo rotundo en Arlés. Esto no ha hecho más que empezar.
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