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viernes, 29 de septiembre de 2023

La alternativa de El Juli en TVE o porque el toreo tenía grandeza social hace 25 años. Editorial de Mundotoro.

La alternativa de El Juli en TVE o porque el toreo tenía grandeza social hace 25 años


Editorial del viernes 29 de septiembre de 2023. Mundotoro.


Las imágenes y el sonido de este fragmento de transmisión de TVE tienen ya más de 25 años. Cuando Julián López ‘El Juli’ tomaba la alternativa en Nimes el 18 de septiembre de 1998. Imágenes que nos traen medio siglo de historia del toreo reciente. Estaba entonces Vía Digital transmitiendo más de cien festejos al año y TVE más de dos docenas de los grandes eventos. El toreo tenía una difusión en abierto con millones de audiencia y la televisión de pago alcanzaba cifras de centenares de miles de seguidores.

España era una sociedad moderna y avanzada. El PSOE había dado paso a un gobierno del PP y, con los dos, el toreo se desarrollaba con normalidad en la televisión pública. Medios en abierto y programas de radio en horarios de máxima audiencia. En este contexto mediático y social de un país desarrollado y moderno, la tauromaquia tenía una salud económica, social y mediática como nunca había tenido. Muy posiblemente este contexto ayudó a la difusión de la figura de El Juli. Estamos hablando de un torero adolescente que tuvo tal impacto social que dejaba en la calle, literalmente, a miles de personas sin poder acceder a la plaza.

El ecosistema era ideal. De una parte había una difusión millonaria en audiencia a través de TVE (las privadas llegarían más tarde y en abierto) que no sólo hacía la función de llamado y expansión del toreo en España sino en el mundo a través del canal internacional. América también tenía salud taurina en gran parte por estas transmisiones. Pero al tiempo se desarrolló con éxito la temporada en tv de pago. Era la collera perfecta. Lo dado en abierto creaba una millonaria audiencia e interés que repercutía directamente en los abonados de pago.

Este contexto, sin injerencia del poder político, en una España normalizada, hacía que el toreo fuera un elemento natural de consumo de ocio. Nos preguntamos si El Juli, con sus mismas condiciones, comenzará ahora a desarrollar su carrera, habría tenido una vida tan longeva en tirón de taquilla. Mucho nos tememos que ese tiempo ha pasado y que ese paso con esa pérdida ha sido la clave de la recesión

Tv en abierto. Es decir. Millones de personas viendo toros con normalidad. Esta millonaria audiencia alimentaba el consumo de toros en la tele de pago. Y ambas, haciendo de arco comunicativo y de negocio en medio de emisiones de radio en todas las cadenas y en la prensa generalista

Cuando hablamos del hueco que va a dejar El Juli, jamás reflexionamos sobre el hueco que dejó la televisión y la radio en abierto y en grandes franjas horarias. Ese es el hueco problemático. Cuando decimos que ya no habrá un suceso como el de El Juli no decimos que no lo habrá entre otras cosas, y sobre todo porque el contexto comunicativo que había hace 25 años, solo 25 años, ha cambiado radicalmente hasta situarnos en el ostracismo

Tv sí. Tv de pago sí. Pero la tele que hace llaga social es la tele en abierto. La tele que crea normalidad, la que hace desarrollarse al toreo. Y lo cierto es que las audiencias no han sido el argumento para terminar con ellas. No. Una corrida televisada en abierto por TVE tendría hoy más audiencia que la que anteriormente tuvo.

Fue por decisiones de moral política. Y por dejadez del toreo. Cuando las teles privadas competían por transmitir y Vía Digital aún estaba compitiendo con Canal +, las plazas de toros cobraban casi el triple y hasta cuatro veces más que lo que se paga hoy. Pero fueron incapaces de negociar por años piezas en los informativos a cancho de una rebaja económica. Ese planteamiento fue negado una y otra vez por las empresas de entonces. Se prefirió embolsar los millones y no sembrar para el futuro. Y el futuro es la situación de hoy

Aparte, causa cierta nostalgia escuchar a Fernando Fernández Román, el mejor que haya habido transmitiendo toros. Y a Roberto Domínguez, el mejor que haya habido nunca de entre los toreros hablando de toros en la tele. Aún hoy sus comentarios y reflexiones dan una categoría que los de hoy, tan dados a hablar y a hablar haciendo radio en la tele, deberían pensar que los comentarios de hoy tampoco son los de ayer. No solo por estar alejados en el tiempo. Sino porque comunicar toros es sólo para los grandes



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