El sevillano Baldomero Romero Ressendi fue un perro verde. Desconocido, bohemio, maldito, oscuro, romántico en el mejor sentido de la palabra… Su obra está dispersa por todo el mundo, pero en España apenas es conocido. Raro es el museo español con una obra de Ressendi. Será por lo «oscuro» de su trabajo, será por la época (también oscura) que le tocó vivir, o por su vida, tan extravagante como su propia obra. Se dice de él que su carácter difícil a veces disfrazaba su apabullante talento.En su producción hay de todo: obra religiosa, costumbrista, bodegones, de denuncia, mucho retrato (descarnado, Ressendi no mentía precisamente…), nunca paisajes, que detestaba. Y en todos sus cuadros se percibe algo muy andaluz. Difícil de definir, complejo de concretar, pero muy andaluz. Una especie de realismo expresionista andaluz con efluvios surrealistas y genética barroca.
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