Este libro presenta los conocimientos de la Psicología, Psicobiología y las Neurociencias que dan respuesta a doce cuestiones y enigmas, algunos de los cuales habrán asaltado al lector en más de una ocasión.
Independientemente del libro en cuestión, el tema taurino sobre la barba de los toreros viene de atrás.
Belmonte y su teoría del miedo: «El día que se torea crece más la barba»
Cierto o no, no hay torero que no recuerde aquello de que el día que se torea crece más la barba . «Y lo mismo que con la barba -continúa el texto-, pasa con todo. El organismo, estimulado por el miedo, trabaja a marchas forzadas, y es indudable que se digiere en menos tiempo, y se tiene más imaginación, y el riñón segrega más ácido úrico, y hasta los poros de la piel se dilatan y se suda más copiosamente. Es el miedo. No hay que darle vueltas. Es el miedo. Yo lo conozco bien. Es un íntimo amigo mío».
Y contaba Belmonte que la mañana de la corrida, el miedo, «sin despertarnos, se instala a nuestro lado de la cama». En ese despertar, el torero decía es «el prisionero».
¿Cómo vencerlo? «Acurrucado todavía entre las sábanas, con el embozo subido hasta las cejas, el torero empieza su dramático diálogo con el miedo -se lee en el citado libro. Yo, al menos, entablo una vivísima polémica . No sé lo que harán los demás toreros. Al miedo yo le venzo o, al menos, le contengo a fuerza de dialéctica. Es un diálogo incoherente, como el de un loco con un ser sobrenatural»
Supongo que es tan intensa la sensación producida por el miedo que no es extraño que afecte al cuerpo, los valientes afrontan la situación de manera diferente de como lo hace el cobarde, los primeros le echan la cara afrentándose a la realidad y los segundos responden echándose a correr.
ResponderEliminarSaludos.
El día que tienes la agenda desbordada de actividad, suele crecer más la barba que cuando te quedas en casa leyendo libros...
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