Es la ganadería de las dos estrellas, la de David y la estrella de la Mercedes, con las que se anuncia en sus dos versiones, Jandilla y Vegahermosa, dos marcas de un mismo producto. Su encaste está en el origen de todo, en realidad es el modelo de toro sobre el que se desarrolló el toreo contemporáneo. El tronco común que a través de distintos ganaderos y sensibilidades ha permitido diversas versiones, en realidad todas, que cubren el arco completo de comportamiento del toro de lidia en la actualidad. Desde los dulzones juanpedros, a los enclasados zalduendos, pasando por los temperamentales fuenteymbros o los agrestes cebadas, los cotizados garcigrandes o los fuertes victorianos... y así hasta el infinito se podría decir, todos vienen de un mismo origen.
La estrella de David, en realidad la estrella de los alféreces, fue durante mucho tiempo el segundo hierro de la ganadería de Juan Pedro Domecq Diez, que pasó a ser el primero cuando éste cedió a su primogénito la legendaria marca del Duque de Veragua que había adquirido su padre. Su denominación proviene del nombre de la finca donde se inició esta experiencia ganadera, en Vejer, a la vera de la laguna de La Janda. Por su parte, la estrella de la Mercedes, que fue la marca con la que la familia de Javier Molina herraba sus ganados tras haber pedido permiso a los fabricantes alemanes, distingue en la actualidad a los toros de Vegahermosa, propiedad como Jandilla de la familia Domecq Noguera. En realidad, Jandilla y Vegahermosa son una misma ganadería con dos marcas diferentes.
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