La clase de Juan Ortega llena de toreo a La Malagueta
El diestro sevillano cortó dos orejas en la Corrida Picassiana, mientras Cayetano y Pablo Aguado pasean un trofeo.
Dicen que torear es burlar a la muerte sin engañarla, entregar el alma sin ambages en una lírica entre toro y torero. Una vez le preguntaron a Rafal El Gallo, Maestro, ¿qué es para usted lo clásico? Para mi, lo que no se puede hacer mejór. Una definición que casa a la perfección con la tarde de toros que dio Ortega en Málaga.
Un toreo que hoy cinceló una obra de tal calibre que no se puede catalogar como una más y que debe quedar marcada para la historia como aquellas que antaño realizaron en esta plaza torero de la enjundia de Ordoñez, Romero, Paula o Manzanares. Un toreo tan desgarrador como sutil, tan natural como arrebatado, tan puro como frágil. Ese toreo que se vio también gracias a dos toros como Cayetano y Aguado que pasearon sendas orejas en una tarde donde Álvaro Núñez también debe recibir su cuota de protagonismo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Málaga, 3/4 largos de plaza en una tarde de gran ambiente en los tendidos.
Toros de Álvaro Núñez. Desiguales de presentación y juego. Destacó el importante quinto dentro de una corrida con virtudes.
Cayetano, Silencio y Oreja
Juan Ortega, ovación y dos orejas
Pablo Aguado, oreja tras aviso y Palmas
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