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viernes, 17 de mayo de 2024

Madrid. 17.05.2024. Perera, Emilio de Justo y Ginés Marín. Toros de La Quinta

 


Emilio de Justo se juega la vida en la faena de su vida en Madrid


Pasaba el reloj por cinco minutos las nueve de la noche, cuando Emilio de Justo cruzaba la línea que acerca la muerte a la vida, para honrar ésta última. Es el toreo el acto que más engrandece la vida, porque, precisamente, se encarga engrandecer la muerte de un toro bravo. Así fue ‘Periquito’, de La Quinta, que hizo recordar fantasmas pasados, cuando en sus viajes encastados, todavía sin entrega, alzó a Emilio de Justo. La caída con el cuello heló a los tendidos. ¡Otra vez no! Era el primer paso de la faena de su vida en MadridLas Ventas rugió con Emilio de Justo, su torero de esta década, que volvió a rendir a la afición madrileña. Una Puerta Grande que se quedó en el filo del verduguillo. Un golpe de emoción. Un chasquido a la feria. Llegaba Miguel Ángel Perera a su segundo paseíllo para completar un ‘sanisidro’ impecable, mientras que Ginés Marín debutaba con una corrida de La Quinta noble, a la que le faltó una mayor emoción en algunos toros con opciones. Todo se concentró en ‘Periquito’.

Video resumen:



Ficha del Festejo:

Hierro La Quinta - EspañaPlaza de toros de Las Ventas de Madrid. Séptimo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de La Quinta, muy bien presentados, serios y de buenas hechuras. Más desigual sexto, con mucho cuerpo, fuera del prototipo del encaste y de la armonía de la corrida. De desigual juego. Destacó por encima de todos el importante quinto, por su bravura y su exigencia. Noble el tercero, al que le faltó mayor transmisión. El segundo se empleó en los primeros tercios y llegó a la muleta con menos celo. Sin entrega el cuarto, que tuvo transmisión por sus dificultades. Noble, mejor con las inercias, el sexto. De embestida desigual y manso, el primero. 

• MIGUEL ÁNGEL PERERA, ovación tras dos avisos y vuelta al ruedo tras aviso. 

• EMILIO DE JUSTO, ovación y vuelta al ruedo tras dos avisos.

• GINÉS MARÍN, silencio tras aviso y silencio. 

Incidencias: El Algabeño saludó una ovación tras parear al segundo. 



De frente, desnudo con el arma de la verdad, siempre con el pecho por delante, se fajó Emilio de Justo al natural con el toro, también sucumbido a la grandeza del toreo, pero sin regalar nada en grado sumo de exigencia. Antes, el primer viaje del astado, a la altura de la rodilla, levantó al extremeño varios metros. La caída, sobre el cuello. Apenas ya casi se vieron los siguientes viajes de los pitones a centímetros de la cara. Los tendidos ya miraban casi ciegos al diestro.

Roto el torero. También el público, que aplaudía en pie como un resorte al final de cada serie. Una emoción desbordada. Soberbio y puro al natural. De uno en uno, cargando la suerte y adelantando la pierna, a medida que echaba la muleta al hocico. No cabía más verdad, ni más pureza. Tanto, que se fue a los medios, para rendir honores a la bravura en la suerte suprema. La espada entró, pero su colocación trasera requirió el uso del descabello. En ese filo de acero tan corto se quedó una Puerta Grande de tanta grandeza. La vuelta al ruedo fue unánime. 

Video Emilio de Justo:

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