Hay un texto de Chesterton que habla del problema de los piojos en los suburbios en Inglaterra, dónde se promulgó una ley que obligaba a rapar las cabezas de los niños pobres por la epidemia de piojos. Chesterton decía que a los amos del mundo lo único que se les ocurre es rapar las cabezas en lugar de acabar con los piojos.
Habría que cortar las cabezas de los de arriba para no tener que cortar el pelo de los de abajo.
Efectivamente, eso habría que hacer...
ResponderEliminarMuchos besos, Pitt.
Ójala viera en vez de conmemorar el día de la mujer oprimida, pudiéramos celebrar el día de los hijoputas caídos. Lo digo sin acritud.
EliminarSaludos.
Jajaja el razonamiento está muy bien hecho.
ResponderEliminarBueno, es de Chesterton.
EliminarUyyyy, "sin acritud"....me ha recordado a Felipe, siempre hablaba "sin acritud, y antes decía : "Mire usted".
ResponderEliminarPor otro lado, los piojos son signo inequívoco de miseria, y a veces no salen en el pelo, salen en el cerebro, como esos dos idiotas telefonistas que buscaban una Consejera de Educación, con las tetas gordas, y rumanesas o brasileñas, que son resultonas.
http://totbarcelona.blogspot.com.es/
Todo un símbolo político y toda una miseria de ejemplares.
Un abrazo
Salut
Mire usted, sin acritud, estoy en fase mística: No queda nadie a quien pedir cuentas por la tristeza.
ResponderEliminarTambién es un símbolo político...
Saludos.
Piojos tenían bajos las pelucas los nobles. Estaba mal visto bañarse. Tenían unas agujas, con punta roma, para rascarse el cuero cabelludo. En anticuarios uno se pregunta qué serán, y mira por donde uno se percata que los ricos eran guarros. El tema del rapado era penoso. Se usó con las rojas tras la guerra civil, junto a cucharadas de aceite de ricino para castigarlas por haber sido rojas, o por quejarse, o por hablar en catalán
ResponderEliminarUn abrazo y feliz finde
Una visión sobre los piojos, por si puede ser de tu interés
ResponderEliminarhttp://xsierrav.blogspot.com.es/search/label/Pediculosis
Un abrazo
Me ha encantado la entrada del doctor. El arte costumbrista es sumamente enriquecedor, y el aporte de esos autorizados textos convierten el artículo en una lectura muy agradable a pesar del tema, jajajajaja.
EliminarTambién lo trató, simbólicamente, Benedetti es este poema:
Piojos
Concebir o tratar de imaginar
la cruda inmensidad del universo
es para enloquecerse lentamente
¿qué es después de todo este mundito
en la inconmensurable vastedad?
un piojo / apenas eso /
y marte / ese arrugado territorio
cuya espantosa soledad ya vimos
es otro piojo / un piojo muerto / claro /
al menos nuestro mísero planeta
es sólo un piojo / pero un piojo vivo.
Pos sí.
ResponderEliminarBesos.
La miseria engendra misera, pero los piojos también acuden a casas limpias y a cabezas lavadas.
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