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jueves, 22 de marzo de 2018
Relatos jueveros: Juegos y juguetes
Hoy el relato juevero sobre "Juegos y juguetes" enviad participaciones a Dorotea
El ojo de la muñeca.
Todas las mujeres de mi edad hemos jugado con muñecas cuando éramos niñas. Y de todas las muñecas teníamos una especial, como una mejor amiga. La traía y llevaba a todos sitios conmigo y tanto anduvo de acá para allá que con el paso del tiempo se le quedó colgando uno de sus ojos de cristal. Entonces la guardé con mimo, como si estuviera convaleciente.
Más tarde he comprendido que también un hilo fino sostiene en alto a las personas por encima del suelo, y no sabemos cuándo se ha de romper. Esa altura nos permite ser felices. En mi caso, el hilo se rompió hace bastantes años y con él cosí el ojo de mi muñeca. Desde entonces me conformo con encontrarle un sentido práctico a la vida.
Pitt Tristán
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Recosiéndose siempre...
ResponderEliminarEso es.
Besos.
Oye, tampoco es lo de menos, jajajaja.
EliminarBesos.
jajajajaj
EliminarVenga un traguito de Parfait Amour.
Sonrío.
¿Un traguito de Parfait Amour? No me tientes, no me tientes...
EliminarSonrío pícaramente,
Siempre me han dado miedo ese tipo de muñecas...
ResponderEliminarel texto me gusto por el mensaje de reinventarnos a pesar de lo que nos pase... te mando un saludo
Eso se llama pediofobia, la padece bastante gente, aunque hace mucho que sea un juguete infantil, también es cierto que los muñecas siempre han poseído un carácter mágico, espiritual, y también se han utilizado en rituales de brujería y vudú. El cine también los ha incorporado como seres diabólicos.
EliminarUn saludo.
Es una cruda realidad, ser práctico. Cada día hay que reconstruir-se.
ResponderEliminarMil besitos.
No deja de ser un relato.
EliminarMil besitos.
Hola Pitt pues que me ha gustado este relato, interesante yo he tenido esas muñecas pero no guardé nunca su ojo ella encontró ese hilo mágico para reparar su muñeca feliz tarde besitoss
ResponderEliminarGracias por tu amable comentario, embrujaora.
EliminarBesitos.
Muñeca incisiva. Muy bien coser el ojo colgante, y buena la reflexión. Hay que ser prácticos.
ResponderEliminarUn saludo
A días y a ratos, jajajaja.
EliminarUn saludo y gracias por tus comentarios.
Las muñecas siempre traen buenos recuerdos.
ResponderEliminarBeso de costura.
Y que lo digas.
EliminarSaludos.
Te sostienes en lo vivido o vives lo sostenido como lección aprendida.
ResponderEliminarAplauso a Dorotea
Perdona, Eva, pero aunque empleo una protagonista femenina, se entiende que lo he escrito yo, ¿verdad?, es que Fabián me ha mandado un beso de costura y tú aplaudes a Dorotea (que me parece muy bien porque ella organiza el encuentro este juevero pero...)
ResponderEliminarNo me entero mucho, perdón.
Buenas noches , me encanto como enfocaste el tema de este jueves , fijate a mi nunca me gustaron las muñecas , era más de cacharritos pero sí recuerdo haber visto en casa de alguna amiga muñecas como tu imagen y quieres creer que me daba miedo mirarlas a los ojos, era como si con ellos intentarán hablarme ..
ResponderEliminarUn abrazo con juego incluido .
Pediofobia se llama, le pasa a mucha gente, tienen un no se qué entre brujeril y demoníaco, jajajaja. Dan un poco de mal rollo.
EliminarUn abrazo.
Pero qué listo eres!!!!!! jajaj gracias amigo nunca está de más saber cosas y tienes razón dan un poco de yuyu ..chao felices sueños .
EliminarA esas muñecas no se porque se le caía alguno de los ojos. En mi caso recuerdo la llorera que cogí cuando descubrí que tenía un hilo detrás, en fin cosas de niños/as.
ResponderEliminarLa metáfora que aplicas de reinventarte esta bien, el caso es conseguirlo.
Besos Pitt.
Puri
Entiendo lo que dices, es una reacción lógica a lo inesperado en la muñeca desde el punto de vista infantil.
EliminarBesos.
No está mal.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias.
EliminarSaludos.
No conocía lo de la pediofobia, ni es lo mío. Mi infancia fue maravillosa con muchas limitaciones y a lo mejor por ellas. Mi hermana y yo coleccionamos muñecas, todas con sus dos ojitos... Gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarSólo es un relato, ni siquiera autobioagráfico.
EliminarMuchas gracias, besos.
Qué preciosidad!! Me ha llegado al alma esa explicación tan bellísima del hilo...
ResponderEliminarBuenísimo el relato, superior :)
Muchos besos, Pitt
Jajaajaja, tus comentarios siempre riegan mi autoestima.
EliminarMuchos besos.
Te has metido muy bien e la piel de una niña de aquellos tiempos.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Tracy.
EliminarBesos.
Lo mejor que existe en estos monentos es ser práctuca en la vida.un buen relato, bien escrito y muy ágil.
ResponderEliminarEnhorabuena
Un saludo
Muchas gracias, Rhodea.
EliminarSaludos.
Y sin embargo el sentido práctico es lo que menos vale de la vida... 😊 Un abrazo
ResponderEliminarNada es totalmente cierto ni totalmente mentira. A la famosa frase que parafraseo en el título de la entrada se puede oponer aquella, también exagerada en sentido contrario, de Jorge Luis Leclerc, conde de Buffon: "El genio es el trabajo".
EliminarEn fin, son relatos, no escribo con moraleja. No soy un predicador.
Un abrazo.
Hay un sentido práctico en la vida?
ResponderEliminarEn realidad, de eso trata la filosofía. "Quot capita, tot sensus" (Cuantas cabezas, tantos pareceres).
EliminarCoser, recoser, zurcir, pespuntear, bordar...
ResponderEliminarUn tremendo trabajo este de vivir...
EliminarCoser como metáfora y, más aún, coser un ojo para poder ver...porque a veces lo que falta en la vida es ese sentido práctico del que habla tu protagonista y ampliar el campo de visión.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Brillante. Es una forma de adaptarse, ora ficción, ora realidad.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Me gustó tu relato, por una parte ese inicio donde te metes en la piel de esas chicas que siempre van con su muñeca preferida, que por muchas que se tengan siempre hay una especial y me ha parecido muy interesante la segunda parte, ese hilo de realidad con el que "coses" para mí el mundo imaginario.
ResponderEliminarNo se, es lo que he sentido al leerte.
Besos.
Es halagador que alguien piense leyendo un relato qué pasa por la cabeza del autor y, muchas veces, esa lectura es más aleccionadora que la propia escritura, y lo releo y puede que tengas razón que, mientras la protagonista encara el futuro con los pies en la tierra, el ojo de su muñeca la sigue aferrando al mundo de la imaginación y la fantasía, allá dónde es más soportable su dolor.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
Pues yo como tu recosia ojos, o hacia que alguien me los colocara, no soportaba una muñeca tuerta, no por miedo, supongo que me daba pena. Has escrito un relato precioso, besos.
ResponderEliminarCuánta verdad...
ResponderEliminarUn cuentito de latos vuelos, felicidades, Pitt.
Besos.