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jueves, 1 de marzo de 2018
Relato juevero: La maternidad
Esta es la convocatoria del relato juevero en el blog de Noa
La maternidad
Nació el bebé, primoroso a los ojos de su madre. Delicado, inocente, desvalido, pero ahí está su madre. La madre. Leía esto en un blog encantador: " Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir". Bellísimo. La dedicación de casi veinticuatro horas, la atención plena a sus necesidades durante tantos meses en que la criatura está indefensa. La madre. En tiempos de paz pendiente de que nada falte, pero también en tiempos de guerra, bajo la dictadura, en el vasallaje, en la bonanza, en la enfermedad. La madre. Cuando el pan escasea el primero es para su hijo, cuando el amor no es patrimonio de esa sociedad, ella le colma de abrazos y besos. La madre.¡ A qué no renuncia una madre por su hijo! El niño crece, anda, corre, va al cole, pero siempre tiene detrás a la madre. Con el paso de los años, a su dedicación se suma la preocupación por el hijo o la hija que se va convirtiendo en adulto, que no le falte: la salud, el trabajo, la compañía, la suerte. La madre. Si las cosas se tuercen, siempre tiene la puerta abierta, salga de una relación, de un despido, de una cárcel, de una adicción. La madre. Napoleón decía que el porvenir de un hijo siempre es obra de su madre. Tolstoi mantenía: "Madre, en vuestras manos tenéis la salvación del mundo".
Tareas ingentes y llenas de responsabilidad. Un ser adorable y heroico, nunca demasiado ponderado por su sacrificio, su ofrenda, su entrega, por el sufrimiento ante las vicisitudes de los hijos, además de las propias, por la desazón de su presente y su futuro, por toda esa renunciación creo que debemos rendir pleitesía a la maternidad.
Si alguien está de acuerdo con lo leído, si alguien incluso se ha emocionado, no tanto por la no-calidad del texto en sí sino por la imagen de la maternidad en su íntimo pensar, si el lector, mientras leía, asentía calladamente al final de alguna frase, habremos llegado a la conclusión de que la maternidad puede ser muchas cosas -bastantes son las que aquí se relatan-, que la maternidad puede corresponderse con una bondad infinita y otras muchas cualidades que no soy capaz de expresar, pero envidiable, encantadora o deliciosa, es decir atractiva, lo que se dice atractiva, les aseguro que no lo vendes ni a precio de saldo. Definitivamente no encuentro nada envidiable la maternidad.
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Deberían de estar activos otra vez los comentarios.
ResponderEliminarDivino...
ResponderEliminarYo puedo asentir a cada una de tus frases. Cuánta belleza le has atribuido a la madre, y creo que es así, como dices, no hay un amor igual, ni más perfecto.
Tu relato es buenísimo!!
Un beso grande.
Gracias, sakkarah. Siempre tan amable.
EliminarUn beso grande.
En Maléfica se afirma que no hay amor más grande.
ResponderEliminarQue suerte que se puede comentar.
Jajajaja, sí, qué suerte.
EliminarLa maternidad cambia tanto tu vida, la de la mujer, y por tanto tiempo que toda madre recuerda su propia vida teniendo como referencia la edad o edades de sus hijos
ResponderEliminarPor eso es bueno plantarse ser madre antes de embarcarse a ello. Un abrazo
Pues sí, parece que es para pensárselo.
EliminarUn abrazo.
Comentaba, PITT, que hay una diferencia grande entre la palabra madre y la palabra progenitora.
ResponderEliminarEste año pasado escribí un libro (dar las gracias a la red de bibliotecas por su adquisición), donde la madre (es un homenaje simbólico a mi madre), juega un papel fundamental en el argumento.
Me comentaron en una ocasión que por lo que parece, el último pensamiento del ser humano va dirigido hacia su madre, no me extrañaría nada.
Un abrazo y mís congratulaciones por abrir el correo.
Salut
...Mi madre no; mi madre sólo coleccionaba desengaños. Los iba alineando en su memoria hasta que hacía una carpeta lo suficientemente grande como para cerrarla, pero no olvidaba.
ResponderEliminarSu colección quedó marcada por el número de arrugas en la cara y en el corazón, las primeras eran visibles, las segundas solo se podían distinguir por el tono de voz..."
De "Las sombras se equivocaron de dueño"
Miquel, he leído la primera página de tu libro. Es estremecedora. Por cercana, en el espacio y en el tiempo. Por autobiográfica. En privado te dije que te admiro por tus logros, ahora me reafirmo diciendo que no sólo por tus logros sino por la forma de conseguirlos.
EliminarEnhorabuena.
El poder de una madre es extraordinario, terrible. Te convierte en un ser válido, capaz para los efectos, o te destruye.
ResponderEliminarExisten madres que destruyen a sus criaturas, las devoran. Son madres que se consideran poseedoras de sus hijos, los manipulan incluso cuando ya han alcanzado la edad adulta. Vuelcan en ellos todas sus frustraciones y pretenden realizarse a través de ellos.
Amar es trasmitir apoyo y cariño. Hay madres que compran afectos. Somos de adultos lo que fuimos de niños. De ahí el poder de la Madre.
Por suerte, la mía ha sido de las primeras, de las que aman sin esperar más que los besos de la niña a la que da de merienda pan con chocolate.
Saludos!
Mira, eso no lo dudaba, que tu madre sería de las mejores. Otra cosa que no cuento de las madres es todo lo que tienen que aguantar sobre como criar a sus propios hijos, todos opinan, propios y extraños y hay que ser muy templada para no mandarlos a tomar por culo.
EliminarYa ves, yo en mi línea.
Saludos.
Es un texto hermoso, muy cierto en muchos casos, sobre todo cuando se habla de sacrificio.
ResponderEliminarYo añadiría una gotita sobre la maternidad (ahora que me acabo de estrenar en esta aventura) y es ese despertar con una sonrisa que automáticamente activa la mía, es esa ilusión de volver a descubrir verdad de la vida tras el brillo de los ojos de mi pequeño, el misterio, el sentido.
Un abrazo inmenso.
Tiene que ser un amor sin otro igual porque no habría quien aguantara a una pareja que te hiciera las putadas que te hace un hijo, vamos que si una noche -he dicho una sola noche- le niegas salir a cenar la tienes una semana con un morro de aquí a Lima.
EliminarUn abrazo para ti, sacrificada madre.
No solo es dar cariño y amor, hay que enseñar a vivir (como dijo Charles Reade: Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino). El amor de madre es fácil puesto que es innato, lo difícil es el resto.
ResponderEliminarPor otra parte, te contaré un secreto:
Desde que fui madre no he sido capaz de querer a nadie más, cuando medito sobre esta incapacidad en mí, llego a la conclusión que después de experimentar semejante idolatría los restos carecen de importancia.
Agradecida quedo de poder escribir de nuevo mis modestas letras en tu página.
Leo tu comentario estupefacto. Es una confesión tan valiente que creo puede ayudar a muchas mujeres a decidir que es lo que desean, imagino lo que supone reflexionar sobre esa frase tuya: "desde que fui madre no he sido capaz de querer a nadie más".
EliminarPor ese valor y esa sinceridad lo que no has perdido es el encanto como persona, una extraordinaria valía emocional, una sinceridad tan bella que, aunque no seas capaz de querer a nadie, serán muchos los que te quieran.
Agradecido de tu colaboración.
Precioso, la maternidad es un milagro, y creo que tanto tu texto como esa imagen hacen justicia a la esa bella palabra
ResponderEliminarAlicia, que tu enseguida te vienes arriba, será un milagro pero me tienes que reconocer que es un milagro cotidiano. Lo que sí es un verdadero milagro es meterte en una bañera y no disolverte en ella.
EliminarMe alegro que has puesto otra vez los comentarios activos. Cuando entré el otro día me sorprendió la entrada en la que los anulabas y no poder dejarte ninguno. Iba ya a ponerte un correo para reñirte un poco. Veo que me he perdido unas cuantas publicaciones después, a ver si me pongo al día con ellas. De momento me quedo con esta. Asiento a todo lo que has escrito sobre la maternidad pero voy a añadir a los padres. Porque muchos lo viven igual de intensamente que las madres y se desviven por sus hijos.
ResponderEliminarSi quieres creer que también he pensado en los padres, menos recordados, menos valorados incluso, pero el tema era la maternidad. Pero pensé en ellos recordando que del otoño de la Edad Media española viven las "Coplas a la muerte de mi padre" de Jorge Manrique, con su valor inalterable pasados los siglos.
EliminarMuchas gracias a todos por vuestras palabras.
ResponderEliminarComo os veo a todas tan entusiasmadas con la maternidad no os recomendaré leer "Madre hay más que una" (Planeta) de Samanta Villar. Entre otras cosas porque dice bastantes verdades y eso ya se sabe que es de muy ingrata lectura.
Miles de besos y abrazos.
Hola Pitt, muy completas tus reflexiones a las que sólo puedo agregar que la maternidad resulta ser un estado del alma en el que la vida adquiere un nuevo sentido trastocando todo lo que hasta ahora se venía viniendo. El hecho de sentir que hay otro ser dependiendo de uno, que es parte de uno (aunque no lo hayamos llevado dentro) nos hace comprender todo de otra manera y la vida adquiere un nuevo sentido. En cuanto a la vocación por ser madre, creo que no es ni ineludible ni obligatoria, se siente o no, y eso no condiciona tampoco la esencia femenina.
ResponderEliminarUn abrazo
No tengo ninguna duda de que la vida adquiere un nuevo sentido.
EliminarUn abrazo.
Un muy bonito texto... Pitt, para reflexionar y mucho. Pero, mira, quizás yo soy mala madre porque tengo muchos sentimientos encontrados.
ResponderEliminarHay un dicho manchego que cuenta que había un señor que siempre decía cuando su hijo era pequeño "¡ay, qué rico es mi niño!! Y cuando el niño creció decia: ¡ay, por qué no me lo comí cuando era pequeño!!
Bromas aparte, yo recomiendo el libro " Una madre" de Alejandro Palomas y el resto de la trilogía.
Besos
Jajajaja, aquí se dice que los niños de pequeños están para comérselos y de mayores te arrepientes de no habértelos comido, jajajaja.
EliminarPor tu recomendación he estado ojeando "una madre" de Alejandro Palomas, y ya he descubierto un por qué se ensalza tanto a las madres, sin mesura, porque da igual que sean xenófobas, racistas, injusta o lo que sea, siempre se perdona, dice el personaje de la novela: "Y no es que lo haga con desprecio. Simplemente cuenta como cuentan las madres: los míos a un lado, los demás al otro. Aquí mi sangre, allí lo que no la tiene..."
EliminarJajajaja, no, no es que lo haga con desprecio, como es madre... jajajaja.
No sabía que era una trilogía pero imagino que te refieres a "Un hijo" y "Un perro" completando ese ciclo en el que el autor no tuvo que discurrir mucho con los títulos, se arrepantingo en su sillón con una cerveza en la mano , miró alrededor y dijo, una madre, un hijo y un perro, y se quedó tan ancho.
Besos.
No, Pitt. "Un hijo" no tiene que ver con la trilogía aunque lo parezca.
EliminarSe trata de otro libro, un libro que recomendaría leer en los colegios.
El último Premio Nadal: "Un amor" es el que cierra la trilogía. Me gusta este escritor.
Te deseo un feliz fin de semana.
Besossss
Ya te dije que no la conocía, gracias.
EliminarYa te dije que no la conocía, gracias.
EliminarMadre es la que sabe estar a las duras y a las maduras... y es muy muy duro (eso sí, luego nos ablandamos con la sonrisilla y los abrazos). Lo has descrito tal cual todo lo que conlleva, para luego que sean lo más libres posible y vuelen...
ResponderEliminarBss :)
Gracias, Sylvia, qué suerte tengo de que los textos largos no se lean hasta el final. En otro momento hablare de los soliloquios.
EliminarBesazos.
Totalmente de acuerdo contigo en todo ese halo de virtudes que relatas. Pero es algo que suele venir de serie en tus genes para la propagación de la especie, ya sabes que🎼🎼 “ni se compra ni se vende el cariño verdadero...” 🎼🎼 y el de una madre es totalmente desinteresado. Y te aseguro como mujer y madre que la maternidad es lo mejor de mi vida. Ahora que Samanta y las que no quieran serlo pues que no lo sean. Tener hijos no es algo obligatorio, pero una vez que han nacido cuidarlos y amarlos por encima de todo si que lo es 🤩
ResponderEliminarMe estoy dando cuenta que, con el gran número de madres que hay, ser mujer es algo acojonante así que me he dado cuenta de la gran mentira que nos está vendiendo la mujer, la de la falta de igualdad como menosprecio a su figura -que tengo que reconocer me había tragado hasta dentro-, más bien viene a resultar que los que estamos en franca desigualdad emocional somos los hombres que nunca gozaremos del status de madre que confiere "lo mejor de mi vida". ¿Sabes que un hombre sólo puede referirse con esas palabras a tener un Ferrari? y ¿quién se puede permitir un Ferrari?. Cuatro, ya te lo digo.
EliminarGracias por abrirme los ojos.
Pues sí que me he emocionado. Perdí hace poco a mí madre y es algo terrible. Una madre es lo más grande.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus palabras y siento tu pérdida. Ya sabes como es la vida. Siempre injusta.
EliminarUna madre es pura entrega.
ResponderEliminarMe he emocionado pues leía y tenía clavados los ojos ya ancianos de mi madre.
Eso de "madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle" lo dice todo.
Besos, Pitt.
“A la madre de mi alma
EliminarLa quiero desde la cuna
Por Dios, no me la avasalles
Porque madre no hay más que una
Y a tí te encontré en la calle”.
Besos, Vero.
Muchas gracias por pasar y comentar.
ResponderEliminarDices algo muy valiente con la de tópicos que hay que soportar hoy en día: "de haber sabido lo que me esperaba me habrían flaqueado las fuerzas".
Me parece que estamos menos en la antípodas como podamos pensar.
Besos, Luisa.
Gracias por pasar y dejar tu comentario en mi casita, que aunque abandonada y algo derruída, sigue en pie a pesar de todo.
ResponderEliminarCon respecto a tu entrada creo poco más puedo decir, tan solo que madre, esa que en su vientre acuna la vida 9 meses, que la puja y la crece y se queda sin sus propias manos para ver en las de su hijo el vuelo de las palomas, esa madre tiene un nombre, AMOR.
Abrazos
Gracias por pasar y por tu aportación.
EliminarAbrazos.
Conozco unas cuantas madres que no son entrega, ni amor infinito ni sacrificio ni lucha. Tener un hijo (o siete) no te convierte de golpe en lo que leo por aquí. Tampoco creo que sea del todo sano dejar de ser tú y convertirte en una prolongación de tus hijos. Yo soy madre y les quiero a mis hijos con locura y no me arrepiento de la decisión que tomé en su día, pero no me parece nada fácil. Ni envidiable, como dices tú.
ResponderEliminarSiento no haberme explicado. Termino diciendo que "... la maternidad puede corresponderse con una bondad infinita y otras muchas cualidades que no soy capaz de expresar, pero envidiable, encantadora o deliciosa, es decir atractiva, lo que se dice atractiva, les aseguro que no lo vendes ni a precio de saldo". Es decir que no me parece nada envidiable. Para explicarme mejor quiero que leas, por favor, esto que dejo en un comentario en otro blog sobre la maternidad.
Eliminar"Nada apetecible ser madre desde luego. Necesario y cojonudo para los hijos, pero una putada para la pobre mujer. Por eso se habla tanto, con razón, de su halo de santidad terrenal, de su heroicidad. Todos los santos fueron mutilados o muertos por su devoción. Al que vive como un rajá no se le tilda de héroe precisamente".
Y para terminar decirte que si no pongo a parir a muchas madres es porque no existe en esta sociedad ninguna libertad de expresión y cualquier ataque verbal sobre cualquier condición de una mujer (física o moral), discapacitado, islamista, moro (aceptado por el RAE como persona del norte de Äfrica), ciclista, y algo que me dejaré, es susceptible de la guillotina, perdón, que no estamos en Francia, de garrote vil.
Declaro que "envidiable" sobre la maternidad no lo digo yo, sí afirmo lo contrario.
He añadido al texto, al final: "Definitivamente no encuentro nada envidiable la maternidad".
EliminarCreo que lo hace más comprensible y te agradezco que me lo hayas hecho ver. Ya me extrañaba que la gente estuviera tan de acuerdo, jajajajajaja.
Gracias.
Se te entendía muy bien antes de cambiarlo. La que no me he sabido expresar era yo. Con lo de "ni envidiable, como dices tú" no me refería a que tú dijeses que era envidiable, sino a que dices lo contrario. Mea culpa.
EliminarSer madre no es fácil y hay madres horribles, como hay moros, discapacitados, islamistas, ciclistas, e incluso peatones horribles. También los hay estupendos y geniales. Por suerte.
La mayoría de la gente es buena, en todos los lugares y credos, razas o inclinaciones sexuales. Por suerte.
EliminarLo que digo es que la censura, la poscensura, la falta de libertad de expresión nos impide decir lo que pensamos, aunque esté equivocado, y lo "políticamente correcto" se ha instalado en la sociedad que, sin embrago, no parece resultar un ejemplo muy valioso para la ética. Ya sabes que también son malos tiempos para la lírica, jajajaja. Por desgracias.
¡Hola! Que magnífica reflexión, no hay nada más grande que el amor de una madre. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarNi nada menos envidiable.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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