No he podido resistir, ante la sencilla y brillante entrada de Pepe, hablar sobre “viajar”. En la juventud comprendo el ansia de viajar, primero porque significa la libertad y la autonomía de la que no disfrutas en el hogar familiar y segundo, porque los viajes dan a los ociosos la ilusión de la actividad y si algo distingue la juventud es su ociosidad. Para mí viajar es conocer gente y como ya conozco bastantes imbéciles, pues eso.
Leo también en los comentarios: ir a China. Para ir a China tienes que tomar el avión. Pero no un rato. Cuanto más viajo en avión (aeropuertos, controles, reglamentos, demoras, anulaciones...) más me da por saco. En una ocasión hice un viaje en avión de dieciséis horas (naturalmente hubo que volver) y os puedo asegurar que solo existen dos clases de emociones dentro del avión: el aburrimiento y el terror. También en los viajes cortos, pero estás asqueado o aterrorizado menos tiempo. Tampoco resulta barato, por favor abstenerse para convencerme los que les gusta viajar por poco dinero, porque eso si que me da náuseas, literal: hoteles sucios, mal situados, baños de olor insoportable, comida bazofia ¡qué divertido!, y si no resulta barato tienes que estar un año trabajando para ir ¿a la China? Perdona Antonio Saz pero como tengo confianza la he tomado con la China. Las fotos. Soy aficionadillo a la fotografía, pero estoy de acuerdo con Anne: será mejor foto la de una simple postal. Fotos tuyas puedes sacar en cualquier sitio, buenas y buenísimas. No odio otra foto más que la del indígena de turno (por supuesto sin que estés tú al lado, eso merece cárcel), se pueden hacer fotos cuando viajas pero no tienes por qué reconocer el sitio, como hace Antonio Saz (foto bizarra).
Pasaré por alto lo de que “viajar aporta cultura” porque un estudio (bastante caro por cierto) del estado español demostró lo contrario, creo que se llamó “Viajes del Inserso”. También porque azafatas y pilotos serían sabios, y Soraya (sí esa cantantes del Poyeya) era azafata.
Beta lo comenta porque ella, seguro que no me equivoco porque leo su blog, adquiere cultura y personalidad y conocimientos allá donde se le presenta la ocasión, y a eso se le llama talento, el que ya posee, que lo acrecentará viajando pero que no se adquiere por ello.
Mis viajes más bellos, los más dulces, los he hecho al calor del hogar, con los pies en la ceniza caliente y los codos reposando en los brazos desgastados del sillón de mi abuela.
Terminaré con una conocida frase de Emily Dickinson:
Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
Pitt el loco.
Asi es como hago amenos yo los vuelos, leyendo. En el viaje de novios me leí los Pilares de la tierra, leer un libro tan largo en ese viaje ya debía de haberme indicado lo que me deparaba el futuro...
ResponderEliminarEn parte estoy de acuerdo contigo, pero sólo en parte, porque a mi, salvo por el coñazo del desplazamiento, me encanta perderme por lugares nuevos. Eso si, conozco todas, y cada una de las provincias españolas, que a veces, y voy a aprovechar para revindincarlo aquí, creemos que fuera hay mucha cultura y no nos damos cuenta de lo que tenemos aquí.
Por ejemplo esta es una buena fecha para ir a Extremadura a ver los almendros florecer, no creo que los cerezos japaneses nos ganen en nada.
Como te decía en el post anterior, el mejor viaje siempre es y será al país de la fantasía.
Un beso, juglar.
Pitt exagera. Pitt siempre exagera. Quiere ver la verdad en la cuerda floja, para ver si aguanta.
ResponderEliminarQuiero viajar al país de la fantasía. Pero, al escribir esto, me viene a la cabeza Las Mil y Una Noches, y que es la amenaza de su muerte la que obliga a Sherezade a contar esas maravillosas historias y que incluso en el país de los cuentos ocurren cosas horribles.
Sé mejor Anji San, y yo seguiré siendo Mariko, has leído Shogun?
ResponderEliminarNo quisiera conocer a Buntaro-san.
ResponderEliminarNo sé si responde a tu pregunta.
Por cierto, pensaba que Shogun era una serie de la tele ¿la secuela de Starsky y Huch?
Pitt el perrito piloto.
Era una serie, pero basada en el libro, mucho mejor claro el libro, como siempre. Si tú eres el perrito piloto, yo debo ser la muñeca chochona, jajajajajajajaja.
ResponderEliminarEntre muñecos de tómbola y sensaciones aereotransportadas, además de fotos, etc, he pasado un rato divertido, me gusta ese punto canalla!!!!
ResponderEliminarsalu2
Dramatismo y extremismo, jajajaja.... Este Pitt.....
ResponderEliminarPerfecto, si eres feliz viajando con un buen libro en la mano y escuchando el crepitar de la leña, pues genial, esas horas de vuelo que te ahorras.
Estoy de acuerdo contigo en que los aviones son un auténtico coñazo, los aeropuertos más y ya llevo unos cuantos en la buchaca, más para un tipo como yo QUE NO PUEDE DORMIR EN UN MEDIO DE TRANSPORTE, así que figúrate un viaje transoceánico y si es de vuelta pues peor....
Ya sabes a que me dedico, y para mi es fundamental la información, los colores, la luz, las imágenes, las conversaciones, las texturas, los sabores, todo lo que sea estimulante y divertido.... leer comics y libros es fantástico, o ver "Aragoneses por el Mundo" jajajaja, pero menos, pero no confundamos el tocino con la velocidad....
No es lo que ocurre sino como se percibe..... pasear por Ipanema y encontrarse a Los Ramones, ver a Rush en Helsinki en febrero, ir a un concierto heavy al Budokan en Tokyo.... ver a Cheap Trick en un club londinense, hablar con una familia japonesa en un tren bala, dormir en una casa de dos ancianos de ultraderecha en Lancaster, entrar en los bajos fondos peligrosos de Baltimore, ..... cenar con los lugareños en Isla Graciosa, estar de fiestas en Perú....
Algunas personas necesitamos esos estímulos, nos dan placer e información, llenan nuestras carpetas cerebrales y no nos importa meternos 24 horas de avión a Sidney porque sabemos que esa noche, cenando en un tugurio, seremos felices.... trabajaremos el mapa, rebuscaremos lo no convencional y conoceremos un montón de gente interesante.... y eso, te hace mejor. abrazos
Huy, Pitt, con lo poquito que me gustan los aviones (me aterrorizan). Yo prefiero viajar en barco (mi transporte favorito) o en tren. Son medios de transporte que me relajan. Y un buen libro puede ser también una muy grata compañía. Muy de acuerdo contigo. ¿Cuándo nos vamos a China en barco) jajaja.
ResponderEliminarBesosssss.
Por lo que veo no te gusta nada de nada viajar Pitt, y sabes qué, te envidio! muchas veces quisiera no tener esas ansias por viajar y conocer lugares a la vez que abandono por unos días la rutina. Por qué no conocer imbéciles extranjeros?
ResponderEliminarEn cuanto al traslado al lugar de destino, para mi depende tanto de la compañia como del tiempo de duración. Un viaje en avión de menos de dos horas se me pasa sin darme cuenta, pero eso sí, hace años hice un viaje a Málaga de 13 horas y dije que nunca mas.
Y de los viajes baratos... eso es cuestión de gustos. Yo no soy persona de mucho lujo, así que mientras haya cama, el resto no me importa.
Me gusta que te divierta Leamsi, veo que lo pillas, creo que tienes un gran futuro como comentarista de este blog.
ResponderEliminarAniki, ¡a la China! En ese barco que trajo las naranjas.
Querida Neko, yo tampoco soy de mucho lujo, pero solo porque no puedo permitírmelo. En cuanto a lo de "mientras haya cama el resto no me importa", a mí lo que más me importa es lo que hay encima de la cama.
Antonio Saz, no solo eres un tipo genial, sino que eres un escritor convincente. Sé donde trabajas (el CSIC, departamento de fiestas populares internacionales, da para mucho viaje) y eso ayuda. Tal como has presentado el concepto de viajar y con esa brillante exposición, estoy replanteándome el asunto. Disfrutar de dos sensaciones me llevan a sopesar este cambio: hablar con una familia japonesa en un ¡tren bala!, y sobre todo el dormir en casa de dos viejecitos de la ultraderecha en Lancaster. Como mola.
Viajar con la imaginación es mucho más barato y sin riesgo de accidente. Besos.
ResponderEliminarYo, como Pitt odio volar. No porque me de miedo volar, sino porque tienes que estar un montón de rato antes en el aeropuerto, el control antiterrorista, la escasa-nula e incluso irrespetuosa conducta de algunos trabajadores de los aeropuertos, etc. Además lo que es el viaje en sí, es muy aburrido, más si es de los de larga duración y encima es el viaje de vuelta.
ResponderEliminarDecididamente, creo que tardaré en volver a coger un avión.
Para volar, mejor un libro.
Pocas veces he leído algo con lo que esté más en desacuerdo y me haya sentido tan identificado.
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