Jandilla falla en Sevilla
Una corrida de poca entrega y falta de raza corta la racha triunfal de Jandilla de este inicio de temporada.
Tiene el sevillano como denominación de origen el gusto por andar bien. Con ritmo, sin que sobre acera y siempre enfrontilado con el objetivo. Igual que se anda en Triana siempre con el izquierdo y un paso más corto para sostener el pulso por el ferial. En ciudad de saber cómo andar, la corrida de Jandilla -de armónica e liguladas hechuras- falló en sus movimientos. Así, el encastado tercero -fresco en su embestida tras el tercio de varas- imprimió una velocidad de querer que traspasó la raya del saber andar, llegando hasta descomponerse. Si el toro no sabe andar, la entrega y el ritmo es imposible. Por lo tanto, la bravura pasa al terreno de la casta y el toreo a la imposibilidad de reducir. Una faena de Tomás Rufo buscando ordenar las manos y los movimientos del encastado toro fue el único argumento, dentro de una feria que comenzó con buen tono, pero sigue buscando esa tarde rotunda -que no faena- en farolillos. Sin opciones Alejandro Talavante, mientras que Manzanares se tomó con otro que no supo andar.
Decepcionante encierro de Borja Domecq en una tarde de máxima expectación en la que Manzanares dejó momentos sueltos con el primero, Talavante detalles en su tarde y Tomás Rufo hizo lo más destacado del festejo, saludando dos ovaciones.
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