Tal día como hoy, el domingo 28 de septiembre de 1919, tomaba la alternativa Manuel Jiménez Moreno , conocido como «Chicuelo», (Sevilla, 1902-1967). La Real Maestranza fue testigo de cómo con Juan Belmonte , que hizo las veces de padrino, le cedía los trastos al genial torero de la Alameda de Hércules, en presencia de Manuel Belmonte. «Vidriero», un toro del conde de Santa Coloma, fue el primero de la exitosa y larga carrera profesional del menudo y valiente diestro.
Se presentó en público en Tejares, el 24 de junio de 1917, con ganado de José Manuel García. Le acompañaron Juan Luis de la Rosa y Bernardo González. Se anunció por vez primera como matador de novillos en Zaragoza, el 1 de septiembre de 1918, con ganado de Terrones, mano a mano con Antonio Márquez.
Genial con el capote, fue el inventor de la chicuelina y líder del escalafón en los años 20. Su extensa vida profesional le permitió torear entre tres etapas distintas del toreo sin perder vigencia, apoyado en una extraordinaria capacidad para adaptarse y sacar partido al toro de cada época.
Confirmó en Las Ventas el 18 de junio de 1920 con Rafael el Gallo como padrino y Juan Belmonte y Fortuna como testigos ante reses del duque de Veragua en una tarde en la que salió a hombros por la puerta grande.
Su faena más famosa fue la del toro «Corchaíto» de Pérez Tabernero , en Madrid el 24 de mayo de 1928. Gozó de máximo cartel en México, donde debutó en 1924 donde se erige un monumento en su memoria, y se retiró el 1 de noviembre de 1951, en Utrera (Sevilla).
Un torero fundamental
Manuel Jiménez «Chicuelo» es un torero fundamental, el eslabón sin el que no se puede entender el toreo moderno y quien culmina la revolución iniciada por Joselito el Gallo, y sin embargo no tiene el reconocimiento que merece. Recuperar y valorar como merece su figura es una de las asignaturas pendientes de la historia de la tauromaquia .
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