Madrid abre a Enrique Ponce la Puerta Grande de Las Ventas
La ovación con la que Madrid recibió Enrique Ponce, tan de verdad y tan rotunda, marcaba que la tarde llevaba un nombre y también una lectura: una entrega total a una figura tras una trayectoria de lanzas y alabanzas en Las Ventas. Fue ésta una despedida soñada, con una Puerta Grande como cierre a una trayectoria. Una faena -más allá de trofeos- de magisterio de uno de los toreros más grandes de toda la historia. Oreja para Samuel Navalón, que confirmó que es un torero con futuro, mientras que David Galván volvió a gustar en una tarde entretenida para abrir la Feria de Otoño.
Enrique Ponce desorejó al cuarto de la tarde y se aseguró su quinta Puerta Grande en Las Ventas en la tarde de su adiós a Madrid. Una plaza en la que ha cosechado tardes de luces y sombras, pero siempre con el respeto del aficionado del coso venteño. Hoy, una muestra más de esa admiración, con una emocionante vuelta al ruedo paseando las dos orejas del de Juan Pedro Domecq. ‘El segundo toro ha sido un toro que ir haciéndolo poco a poco, sobre todo buscándole esa despaciosidad y ha sido lo bonito, como poco a poco lo he ido toreando a cámara lenta y el final de faena ha sido muy emocionante. He hecho todo con el alma y toreando muy despacio, con media muleta. Lo he matado muy bien y estoy muy contento. Ha sido una tarde realmente especial para mí. La gente se ha volcado. Ha sido una despedida soñada. Poder abrir mi quinta puerta grande en Madrid en esta tarde tan especial es un sueño’.
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